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La guerra a gran escala vuelve a Líbano con una ofensiva sangrienta de Israel contra infraestructura de Hizbolá

Coches cargados hasta los topes, teléfonos que no dejan de sonar, ojos llorosos e incertidumbre absoluta. Caos y terror. Miles de libaneses abandonaron sus casas al sur y este del país para intentar escapar con vida de los bombardeos de Israel y colapsaron las carreteras rumbo a Beirut. Tras una semana de «golpes inimaginables» a Hizbolá, Benjamín Netanyahu anunció que está «dispuesto a hacer todo lo necesario» para acabar con la amenaza de la milicia chií y su ejército lanzó cientos de ataques que mataron al menos a 274 personas, de ellas 21 niños, e hirieron a más de mil. Por primera vez desde el 8 de octubre, Hizbolá empleó sus cohetes de largo alcance y golpeó en varios asentamientos de Cisjordania y en las proximidades de Haifa. Líbano revivió los fantasmas de la guerra de 2006 y 18 años después vivió su jornada más sangrienta. La guerra en Gaza y el apoyo de la milicia pro iraní a Hamás a base de lanzar cohetes diarios contra Israel han llevado a estos vecinos a una nueva guerra.Netanyahu declaró que «para aquellos que aún no lo han entendido, quiero aclarar la política de Israel: no esperamos una amenaza. Nos adelantamos a ella en todas partes, en cualquier escenario, en cualquier momento (…) Estamos eliminando a altos funcionarios, terroristas, destruyendo misiles y tenemos las manos extendidas. Prometo que cambiaremos la situación de seguridad«.Noticia Relacionada Nuevos bombardeos estandar Si Israel ordena a los civiles del sur y este del Líbano evacuar las zonas bajo control de Hizbolá Mikel Ayestaran | enviado especial a beirutTras haber arrasado Gaza y matado a más de 41.000 personas, la mayoría civiles, Israel aplica a Líbano una estrategia similar de uso máximo de la fuerza y de justificar cada bombardeo por la supuesta presencia de miembros de Hizbolá o arsenales del grupo. El ejército envió durante la mañana mensajes de texto a los habitantes del sur y este para decirles que «Hizbolá pone en riesgo vuestras vidas» y les ordenó alejarse lo antes posible. Como hace en la Franja, también lanzó panfletos con zonas delimitadas en rojo a evacuar y advirtiendo que todo quien se permanezca será considerado terrorista. Alejarse inmediatamenteEl portavoz militar, Daniel Hagari, compareció ante los medios para advertir a los libaneses que «si están dentro o cerca de un edificio utilizado por Hizbolá para almacenar armas o equipo de combate, deben evacuar el edificio y alejarse inmediatamente. Cualquiera que esté cerca de elementos o armas de Hizbolá se pone en riesgo». Los aviones dieron apenas dos horas a los civiles para huir y por la tarde volvieron a castigar con dureza cientos de pueblos y ciudades. Hagari aclaró que de momento se centran en la operación aérea y no en la invasión terrestre y dijo que se han intensificado las operaciones «tras haber identificado los preparativos de Hizbolá para lanzar cohetes contra Israel». El ejército intensifica sus ataques para obligar al enemigo a dar marcha atrás y conseguir que los 60.000 israelíes evacuados puedan regresar a sus casas. Con las órdenes de evacuación buscan además que aumente la presión interna contra la milicia chií en un país en el que más de 100.000 personas ya habían huido de la zona fronteriza. Por ahora, ha sucedido lo contrario a lo que buscan los israelíes y, aunque la diferencia de fuerza es abismal, Hizbolá insiste en que no parará los ataques hasta que haya un alto el fuego en Gaza. La última palabra, sin embargo, la tiene Irán, país que controla al grupo libanés. Desde el Ministerio de Exteriores de la república islámica, que tiene pendiente la respuesta a Israel por el asesinato de Ismael Haniye en Teherán, calificaron los ataques contra Líbano de «locos» y alertaron sobre «las peligrosas consecuencias» de la «nueva aventura» de Netanyahu. Obligados a escaparEl trayecto desde la frontera sur a Beirut es de poco más de una hora, pero el tráfico era tan intenso que podía costar hasta cinco o seis. Una explosión enorme despertó a Fatima Abdelal y a sus dos hijos en Barish, cerca de Tiro, a las 6.30 de la mañana. «La tierra se movió como en un terremoto y las ventanas de mi casa saltaron por los aires. Cogí a los pequeños, me subí al coche sin pensarlo dos veces y me vine a Beirut», explica esta madre a quien salir de casa tan temprano le permitió llegar rápido a su destino. Familiares de Fátima como Marwan Ismal, de Nabatieh, no tuvieron tanta suerte y después de pasar más de tres horas parados en la carretera decidieron regresar a su casa y esperar a la noche para conducir a la capital. «Nuestra casa está bien, no ha sufrido daños, pero una vivienda cercana ha sido atacada y no tenía nada que ver con Hizbolá. Hay mucha gente no que no saldrá, prefieren morir allí que volver a ser desplazados y, además, muchos no tienen dinero para pagar hoteles y comidas», explica Marwan al otro lado del teléfono.Misiles de largo alcanceSin hacer referencia a los cientos de civiles muertos, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant , aseguró que el ejército está «aplastando» la infraestructura que el enemigo había construido durante décadas. El veterano analista militar Ehud Ya\'ari, señaló que esta infraestructura estaba centrada especialmente en el valle de la Beqaa, al este del país y en la frontera con Siria, y declaró en el Canal 12 que «aunque la aviación no sea capaz de destruir todos los misiles, el objetivo es neutralizar la gran amenaza que suponen». Teniendo en cuenta el nivel de infiltración que ha demostrado el Mossad, podrían contar con las coordenadas de la red de lanzaderas de misiles en la que ha trabajado Hizbolá desde 2006.

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