Todavía en febrero de 2023, la Secretaría de Estado de Economía Suiza (SECO) rechazaba la solicitud de España para la entrega a Ucrania de dos cañones antiaéreos de 35 milímetros. Al igual que había hecho antes con peticiones similares formuladas por Alemania y Dinamarca, se amparaba en la tradicional neutralidad helvética y en su ley sobre material de guerra, en la que se prohíbe el envío de materiales bélicos suizos a zonas de conflicto. Pero esta posición, que el Estado suizo ha mantenido a pesar de las presiones desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, está ahora comenzando a cambiar. El más indiscutible signo son las declaraciones de la presidenta de Suiza, Viola Amherd , que se ha manifestado a favor de cambiar la prohibición que impide la reexportación de sus armas a Ucrania. En su opinión, estas restricciones empiezan a perjudicar visiblemente a la industria armamentística suiza y, con ello, también a la seguridad de su país.«Personalmente, creo que debemos dar un paso adelante por nuestra industria. La situación se está volviendo difícil porque países como los Países Bajos han decidido no comprar armas en Suiza debido a que carecen de permiso de libre reexportación», ha justificado, «y si tenemos un problema con nuestra industria de defensa, significa que también tenemos un problema con nuestra propia seguridad, ya que es importante tener la tecnología y los conocimientos técnicos».Noticia Relacionada estandar Si Berlín, el «refugio seguro» de los oligarcas rusos Rosalía Sánchez | Corresponsal en BerlínSuiza ha seguido siendo un importante productor y exportador de armas a escala internacional, a pesar de su neutralidad de larga data. Ocupó el puesto 14 en el mundo en términos de cantidad de bienes militares vendidos en 2022, según los datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo. En 2023, sin embargo, las ventas de armas suizas cayeron, en gran parte debido a la postura neutral del país. Su gobierno no sólo no ha ayudado directamente a Ucrania, sino que también ha bloqueado parte de la ayuda prevista por otros.Uno de los casos más destacados de este bloqueo fue en de los casi cien tanques Leopard 1A5 almacenados por la empresa RUAG en Italia. La solicitud para venderlos a Alemania , desde donde luego podrían llegar a Ucrania, fue recibida por el gobierno suizo con un tajante rechazo y además fue abierta una investigación sobre las actividades de RUAG que fue percibida como un movimiento hostil por parte del sector armamentístico europeo.El Leopard 1A5 es un tanque de la década de 1990 y ha estado llegando a Ucrania como parte del apoyo militar de los aliados occidentales. Aunque no es precisamente tecnología punta, ofrece más posibilidades en campo de batalla que los vehículos soviéticos más antiguos de que suponía el ejército ucraniano, el T-62 o el T-72. La posible transferencia de alrededor de 100 unidades, dotadas con el sistema de control de incendios EMES 18 con dispositivo de puntería por imagen térmica, se consideraba un fortalecimiento significativo de su ejército, para el gobierno de Kiev, que vio así frustradas sus expectativas. El mercado armamentístico tomó nota y muchos clientes han preferido desde entonces enfocarse en otros proveedores que ofrezcan mayor flexibilidad.Viola Amherd insiste en que es consciente de que Suiza, que actúa como mediadora en los conflictos globales, nunca suministrará armas directamente a un país en guerra como Uncrania, pero al mismo tiempo es consciente de que el país necesita invertir más en seguridad en toda Europa y, en este contexto, fortalecer las relaciones con sus socios, incluida la OTAN , para lo que deberá superar las reticencias de varios grupos parlamentarios.El Partido Popular Suizo (SVP) intentó incluso impedir en su día que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski , se dirigiera a través de video a la Cámara Baja del Parlamento suizo con una moción fallida, en la que alegaba que «Ucrania está intentando influir directamente en la toma de decisiones parlamentarias sobre el suministro de armas y municiones». «¡Nuestra neutralidad está siendo violada!», se quejó el parlamentario Thomas Aeschi . Algunos políticos liberales han pedido que se flexibilice la neutralidad cuando afecta a terceros países, pero la respectiva moción fue también rechazada en junio de 2023. El único paso que ha dado Suíza contra el principio de neutralidad ha sido su participación en las sanciones contra Ruisa, clave en el conjunto debido a que sus bancos constituyen un refugio financiero para numerosos oligarcas rusos. Christoph Blocher , líder del Partido Popular Suizo (PPS), pidió incluso un referéndum para anclar la neutralidad más profundamente en la Constitución y llegó a declarar que secundar las sanciones de la UE equivalía a participar en la guerra.Suiza fue neutral por primera vez en el siglo XVII y este principio se afianzó formalmente en la Convención de La Haya de 1907, pero ha pasado por muchas iteraciones a lo largo de los años. «En esencia, el deber fundamental de un Estado neutral es abstenerse de apoyar, por medios militares, a las partes beligerantes en un conflicto armado internacional», ha definido el académico y diplomático Paul Seger , lo que no es óbice para que el país cuente con un importante ejército que se nutre del servicio militar obligatorio y con fabricantes de armas que exportan a países como Alemania , Estados Unidos y Arabia Saudí. Su neutralidad le ha valido reproches de los vecinos europeos, tanto por negarse a luchar contra la Alemania nazi como por no participar en las sanciones contra la minoría blanca del gobierno sudafricano de la época del apartheid.