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María Ramírez : «Que la líder del país más rico, todavía más poderoso del mundo, sea una mujer, creo que importa»

Quedan dos semanas para el esperado 5 de noviembre, cuando la candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris , y el candidato republicano, el expresidente Donald Trump , se enfrentarán en las urnas en Estados Unidos para decidir quién ocupará el Despacho Oval por los próximos cuatro años.La periodista María Ramírez , subdirectora de Eldiario.es y autora de varios libros, ha hablado con ABC sobre uno de sus últimos trabajos: \'Kamala Harris, la primera\' (Debate), que ahora se reedita al calor de los acontecimientos. Ella acepta la llamada desde Oxford, Inglaterra, donde reside actualmente.María Ramírez entra en la videollamada, risueña, expectante. En la pared color crema se aprecian diversos cuadros, no muy grandes, con pequeñas fotografías o ilustraciones. Uno de ellos parece una pequeña portada de la revista semanal \'The New Yorker\', toda una declaración de intenciones.Noticia Relacionada estandar Si Kamala acude a Atlanta para salvar sus opciones en Georgia: «No lo dudéis, ganaremos» Javier Ansorena | enviado especial a atlanta (georgia) La ciudad es la gran capital de la minoría negra en EE.UU., el votante demócrata más fielRamírez ha vivido en Estados Unidos durante muchos años. Ha sido corresponsal para el diario español \'El Mundo\' en Nueva York, aunque se ha movido por todo el país. Ha participado en trabajos similares, por ejemplo, como coautora de una biografía sobre el precandidato republicano Marco Rubio «cuando allá por 2015 y 2016 parecía el futuro del Partido Republicano, aunque luego, evidentemente, no lo fue».El motivo detrás del libro, explica Ramírez, es que la política estadounidense es sumamente personalista . Más allá de los partidos están las figuras que necesitan emerger como líderes y deben ganarse la confianza del pueblo estadounidense. De esta manera, la autora ha optado por satisfacer la necesidad periodística de contar, en este caso, lo que es Estados Unidos a través de sus personajes: los políticos.«El optimismo que transmite es parte de lo que quieren, de lo que necesitan los estadounidenses para seguir creyendo en su país», dice Ramírez sobre Kamala Harris . La candidata demócrata y actual vicepresidenta de la Administración Biden ha conseguido movilizar al electorado demócrata tras la gran debacle que supuso el debate entre Donald Trump y el presidente Joe Biden .Hora de la catarsisSe mantuvo al margen, esperó pacientemente, conocedora de la catarsis demócrata. Biden perdía apoyo y cada vez más voces salían en su contra. Hasta la expresidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi , le dio un ultimátum al presidente para que desistiera de la campaña, mientras que Biden se erigía a sí mismo como el «único candidato capaz de ganar a Trump». Cuando, finalmente, decidió dar un paso al lado y encumbrar a Kamala Harris , ella «en 48 horas se había hecho con el apoyo de la mayoría de los líderes [demócratas]».El partido, mientras tanto, se debatía en si resolver el proceso de elección de un nuevo candidato mediante unas primarias antes de la convención demócrata, donde se oficializa al candidato que concurriría a las elecciones presidenciales de noviembre, o se mantenía firme con la propuesta. Sin embargo, la rapidez con la que Harris obtuvo los apoyos despejó cualquier atisbo de duda.Después entraron los Obama en acción. Michelle y Barack , que gozan de una gran popularidad, tardaron casi una semana en otorgar su beneplácito a la vicepresidenta, aunque hay quien lo califica de paripé. «Obama estaba jugando su papel de hombre de Estado: sabía muy bien, porque Biden había sido bastante explícito, que el presidente, su supuesto amigo —ocupó el cargo de vicepresidente en la administración Obama— estaba enfadado con él porque había maniobrado para darle el empujón final para que renunciara a la candidatura; al menos, eso pensaba. En estas circunstancias, Obama quería ser prudente». Problemas de identidadAdemás de sus maneras y la ilusión que ha despertado, Kamala Harris tiene puntos interesantes que elevan su figura. Pionera como vicepresidenta y como fiscal, es hija de inmigrantes que llegaron allí por los años 60 y 70 a California, Estados Unidos. Una California conservadora, con movimientos raciales emergentes y, en su haber, «una mezcla peculiar: entre Jamaica e India».Una de las características principales de la vicepresidenta es su dificultad a la hora de hablar de su identidad . «No le gusta hablar de su historia personal; de hecho, en algunas cosas me recuerda a Keir Starmer, primer ministro británico , que son de la misma edad, y también es alguien muy reticente a la hora de hablar de su vida, de cómo se siente o de cómo es». A diferencia del expresidente Obama, cuya identidad era uno de sus baluartes, Harris huye del tema, trata de esquivarlo con agilidad. Fue precisamente criticada en esa línea por el candidato republicano: «¿Es india o es negra?» .«Ella tiene como una mezcla de experiencia en este sentido de la parte de la identidad racial. Claro que sufrió, en particular viendo lo que le pasaba a su madre: discriminación en los 60 y 70, pero a la vez es una historia positiva de integración . Creo que es el reflejo de una generación que tal vez lo vive con más naturalidad, con menos trauma».Kamala Harris con Obama en un acto de campaña White HouseNo obstante, hablar de identidades raciales en España es algo más complejo que en Estados Unidos. Allí es parte de su nacimiento, es un país de migrantes, es lo que crea tensiones y a la vez su riqueza. La periodista señala que «es verdad que en España o en Europa a veces no terminamos de entender todas las sutilezas porque tenemos una experiencia distinta, aunque también creo que en España está cambiando debido a las últimas oleadas de inmigración».Kamala Harris simboliza, según Ramírez, una nueva generación que abraza de una manera más natural lo que es la identidad de Estados Unidos, más variada, más abierta. No obstante no considera que su elección como presidenta supusiera un cambio de paradigma para EE.UU.: especula con que sería continuista con la Administración Biden, a pesar de que ella lo niegue . Huelga decir que el eje político se ha desplazado a la derecha. La llegada de Trump ha dinamitado la política estadounidense, movilizando al electorado hacia la derecha en temas como inmigración.De hecho, Kamala Harris fue duramente criticada en su labor como vicepresidenta por esa cuestión. «No es una digamos enmienda a la totalidad a la inmigración la que hace Harris como, en cambio, está haciendo ahora mismo Trump, pero dada la crisis en algunos momentos, en algunas ciudades en Estados Unidos y con las llegadas en la frontera, claramente se ha ido hacia un mensaje más de control de la inmigración. La clave, como siempre, es el cómo». Harris debía explorar los motivos básicos por los que llegaban migrantes de Centroamérica y cómo resolverlo. Siempre una piedra en el zapato para todo candidato progresista.Ramírez escribió, días previos a la entrevista, una pregunta retórica eminentemente directa: «¿Cuánto mejor tiene que ser una mujer para poder ganar a un hombre defectuoso como el expresidente?». Su respuesta fue la esperable: «Creo que probablemente mucho mejor. Todavía sigue habiendo un desequilibrio . Es verdad que nuestra experiencia se basa solo en Kamala Harris y Hillary Clinton , dos mujeres concretas; es verdad que a lo mejor no es justo elevarlo a la categoría de todas las mujeres». Sin embargo, añade un factor relevante: «Que la líder del país más rico, todavía más poderoso del mundo, sea una mujer, creo que importa».En definitiva, la tan polarizada política estadounidense ha llevado a los candidatos por una montaña rusa, al menos, así lo reflejan las encuestas. El intento de asesinato del expresidente lo catapultó, pero fue eclipsado por la ilusión en forma de novedad que emanaba de Kamala Harris cuando se erigió como candidata. No obstante, a escasas semanas de las elecciones, se ha diluido . La escritora, lejos de dejarse llevar por el entusiasmo demócrata o las demandas republicanas, pide paciencia. Señala que en los últimos días de campaña se convence a muchos electores ubicados en el medio, más alejados del clima político e indecisos a la hora de decantarse por una de las opciones.

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