El chico de 14 años sufrió quemaduras de segundo y tercer grado. Denunciaron también a una maestra que no avisó a los padres y le recomendó ponerse cebollas sobre las heridas.
Un grave caso de discriminación y bullying causó conmoción en México: dos alumnos de 14 años rociaron con alcohol y prendieron fuego a un compañero en una escuela secundaria de Santiago de Querétaro, en el centro de México. Los padres de la víctima denunciaron que desde hace meses sufría bullying por pertenecer al pueblo indígena otomí y no hablar bien castellano.
El incidente ocurrió a principios de junio en el instituto de telesecundaria Josefa Vergara de la comunidad El Salitre. La víctima, identificado como Juan Pablo, de 14 años, se encuentra internado en el Hospital del Niño y la Mujer de Querétaro, donde tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en las piernas, según informó el diario El Universal.
Juan Zamorano, padre de Juan Pablo, contó que desde febrero su hijo ya se negaba a ir a la escuela por el acoso que sufría por parte de compañeros y hasta de una maestra. Pidieron el pase a otro salón, pero la directora de la escuela se lo negó alegando que no había cupo.
“Desde aquellos tiempos ya le estaban haciendo bullying y nos dimos cuenta que hasta la propia maestra le hacía bullying, nada más porque somos de raza otomí, piensa ella que no somos de su clase, no somos de su raza, piensa que ella es ser humano y nosotros somos de otras personas”, denuncia.
El hombre indicó que su hijo es de naturaleza callada y nunca quiso señalar a los compañeros que lo acosaban, pero no descarta que la escuela estaba enterada de quiénes eran sus agresores. “Para mí -la agresión- no fue solo un accidente, ni mucho menos bullying, ya fue un intento de asesinato”, declaró a medios locales.
Según precisó, Juan Pablo sufrió graves quemaduras en “los glúteos y la parte interna de las piernas”. “Va a necesitar injerto, porque están profundas las heridas”, dijo.
Zamorano presentó además una denuncia contra la maestra porque, el día del ataque, la mujer en lugar de llamar una ambulancia llevó ella misma a Juan Pablo a una clínica, donde sólo le colocaron una pomada y lo enviaron a casa. Además, la mujer le recomendó aplicarse cebolla sobre las heridas como tratamiento.
Según dijo el hombre, la maestra también intentó persuadir a los padres de Juan Pablo de no interponer una denuncia y de hacerles firmar un acuerdo con los padres de los agresores, para que estos se hicieran cargo de los gastos.
El hombre también contó que tuvieron que pedir ayuda psicológica para su hijo, que quedó muy traumatizado por el ataque. “Cuando alguien le hablaba ya nada más le corrían las lágrimas, ya no respondía”, dijo.
La Fiscalía de Querétaro indicó que recibió la denuncia e inició una carpeta de investigación por los hechos ocurridos ”en una escuela de educación básica, en la colonia El Salitre”. Ernesto Carreño, abogado de los Zamorano, indicó que demandaron a los jóvenes por “lesiones dolosas” y a la maestra para saber si su conducta representa un delito.
“La Unidad Especializada en Justicia para Adolescentes realiza las investigaciones. Los servicios periciales han valorado las lesiones provocadas en el adolescente y con base en ello, se dará continuidad al proceso penal hasta el total esclarecimiento de los hechos”, indicaron en un comunicado desde la Fiscalía.