Septiembre de 2022. Un vídeo se empieza a hacer viral: una joven se desploma en la estación de trenes y las autoridades la meten en un camión. La gente comienza a hablar de ello y, sin tener mucha más información que las especulaciones que corren por las redes sociales, la indignación y las preguntas sobre qué está pasando con esa joven llenan las calles. A falta de una investigación oficial y de cualquier comunicado del Gobierno, los periodistas comienzan a investigar qué ha pasado y dan con la historia: han matado a una joven solo por no llevar bien puesto el velo que no cubría lo suficiente su cabello, y lo han hecho miembros de la Policía. Un escándalo. ¿Quién es la joven asesinada? ¿Quién ha acabado con su vida? ¿Por qué este revuelo?Nilufar Hamedi , periodista del diario reformista \'Shargh\', escribe la primera historia sobre la detención de Mahsa Amini , la joven kurda arrestada por la Policía de la Moral iraní, acusada de no llevar bien puesto el velo según las normas de la república islámica. Hamedi fue la primera que informó de la detención de Amini, así como de su posterior muerte bajo custodia policial mientras estaba ingresada. También fue la primera en publicar una foto de Amini en el hospital, cuando se encontraba en coma, y una imagen de los padres de la joven en el pasillo del centro sanitario al conocer la noticia de que su hija había fallecido.Noticia Relacionada estandar Si Israel avisó a Irán antes de lanzar su operación aérea contra posiciones militares Mikel Ayestaran | Corresponsal en Estambul Según la inteligencia israelí y estadounidense, el ataque «paralizó la capacidad de Irán de producir misiles balísticos de largo alcance en un golpe del que será difícil recuperarse«Asesinato a sangre fríaAmini salía de una estación de metro en Teherán con miembros de su familia cuando fue arrestada por la Policía de la Moral por presunto incumplimiento de las normas obligatorias del país sobre el hiyab , que están en vigor desde poco después de la Revolución Islámica de Irán de 1979.La metieron en una camioneta y la llevaron a un llamado \'centro de reeducación\' donde las mujeres reciben orientación sobre cómo vestirse adecuadamente. Las imágenes de una cámara de vigilancia publicadas por las fuerzas de seguridad iraníes muestran cómo se desplomó cuando estaba allí y fue llevada a un hospital, donde murió días después.Las autoridades iraníes dijeron que sufrió un ataque debido a condiciones preexistentes, pero sus padres contradijeron esa versión, diciendo que podría haber sido golpeada. Todo eso lo contaba Hamedi en sus reportajes.Según una investigación, de la Misión Internacional Independiente sobre Irán del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la muerte de la joven kurda, de 22 años, fue «causada por la violencia física bajo custodia de las autoridades estatales».Miles de personas, sobre todo mujeres, salieron por las calles de todo el mundo. Pero los ojos estaban puestos en Teherán, capital de la república islámica, donde a pesar de saber que el solo hecho de manifestarse puede llevar a un fuerte castigo por parte de la Policía, siguen adelante. El punto de mayor concentración se produce el día del entierro de Amini, donde cientos de personas acompañan a la familia y al féretro de la joven, Elahe Mohammadi , periodista del diario \'Hamminhan\', cubre el funeral en la ciudad de Saqez, en el Kurdistán, donde comenzaron las protestas y se quemaron los primeros pañuelos el 17 de septiembre de 2022. Tanto Elahe como Nilufar cumplieron con su deber como periodistas: contar una historia que estaba poniendo en jaque el \'statu quo\' de la república islámica como nunca antes. Pero las consecuencias fueron terribles. Al menos 500 personas fueron asesinadas en el contexto de las manifestaciones y más de 80 periodistas encarcelados y perseguidos.Sin libertad de prensaEn el régimen de los ayatolás, la libertad de prensa no existe, y mucho menos si eres mujer. Un tribunal iraní condenó a las dos periodistas a siete años (para Nilufar Hamedi) y a seis años (para Elahe Mohammadi), por cooperación con el gobierno «hostil» de EE.UU. Los cargos no quedaron solo ahí: se les acusó de «colusión contra la seguridad nacional», con una pena de cinco años, y de difusión de propaganda contra la República Islámica de Irán, con un año de prisión. El tribunal también les prohibió trabajar para medios de comunicación, la afiliación a partidos políticos y el uso de redes sociales durante dos años. En total, las dos comunicadoras fueron condenadas a 13 y 12 años de prisión.Niloofar Hamidi y Elaheh MohammadiCumplieron 17 meses de condena, después de pagar una fianza de 185.000 euros. Pero un día después de su puesta en libertad, las autoridades judiciales anunciaron su intención de procesar a Hamedi y Mohammadi por aparecer en público sin la cabeza cubierta.Aunque pagaron la fianza, aún tenían cargos por los que seguir cumpliendo condena. Hace un par de semanas, tras meses de apelaciones, un tribunal iraní las absolvió del cargo de colaborar con EE.UU. y finalmente tendrán que cumplir cinco años de prisión.Organizaciones iraníes por los derechos humanos indicaron que el caso contra ambas reporteras no podía quedarse ahí y exigieron su liberación inmediata e incondicional al cumplir con los términos de la amnistía generalizada, declarada por el líder supremo del país, a buena parte de los detenidos por su implicación en las multitudinarias protestas que no fueron condenados por delito de sangre.«La ejecución de esta nueva pena de prisión es un ejemplo de una clara violación de la orden de amnistía general y hay que cerrar este caso», declaró un portavoz de Mohammadi al diario donde trabajaba ésta. Al final de las audiencia judiciales el año pasado, ambas periodistas negaron todos los cargos y defendieron su labor para «dar voz al pueblo iraní, y orgullosas de hacerlo».