el Reino Unido se enfrenta a un nuevo capítulo en el debate sobre la reforma de su sistema parlamentario, con el foco puesto en la Cámara de los Lores , una de sus instituciones más antiguas. El primer ministro, Keir Starmer, del partido laborista, ha expresado su compromiso con una reforma significativa de esta cámara no electa , que ha sido objeto de crecientes críticas por su tamaño, falta de representatividad democrática y su naturaleza elitista, según sus detractores. Esta iniciativa busca cambiar profundamente la estructura y funcionamiento de una institución que, aunque desempeña un papel crucial en la revisión legislativa, es vista por muchos como un vestigio de un pasado aristocrático incompatible con los valores democráticos modernos.La Cámara de los Lores, con sus 778 miembros actuales, de los cuales hay 92 hereditarios, incluye a este tipo de nobles, así como a obispos de la iglesia de Inglaterra y personas nombradas por su mérito o reconocimiento político. Este órgano ha sido criticado por su tamaño y el sistema de nombramientos, que permite a los primeros ministros designar a personas de su confianza o recompensar lealtades políticas.El Gobierno laborista de Starmer ha dejado claro que la reforma será una de sus prioridades. Su intención es limitar su tamaño a unos 600 miembros e introducir límites a la duración de los mandatos y al número de nombramientos que un primer ministro pueda hacer. Su objetivo es reducir la politización de los nombramientos, limitar la influencia del Ejecutivo sobre la cámara y hacerla más representativa y eficaz en su función de supervisión.Noticia Relacionada de lejos opinion Si La rebelión de los Lores Pedro Rodríguez Desafían la ocurrencia de enviar solicitantes de asilo a RuandaFreno a las deportacionesLa cámara, cuyo perfil público es más bajo que el de la Cámara de los Comunes, que acapara más titulares en la prensa, tuvo los ojos sobre ella a principios de este año, cuando se opuso a la controvertida ley de Ruanda del anterior gobierno conservador. Esta legislación, que proponía deportar a solicitantes de asilo al país africano, fue duramente criticada por su inhumanidad y potencial violación del derecho internacional. La Cámara de los Lores bloqueó la aprobación de la ley, lo que subrayó su capacidad para servir como contrapeso frente a las decisiones de la Cámara de los Comunes y del Ejecutivo. Este tipo de intervención es lo que muchos consideran esencial para mantener el equilibrio en el sistema parlamentario del Reino Unido.Sin embargo, para que pueda seguir ejerciendo este papel con legitimidad, los defensores de la reforma, entre ellos la profesora Meg Russell, directora del Centre for British Politics y profesora en la Universidad de Londres, insisten en que la institución necesita urgentemente modernizarse . Russell, una destacada experta en el Parlamento británico, ha afirmado en varias ocasiones que «el sistema actual es insostenible, tanto por su tamaño como por la creciente percepción pública de que es una institución elitista y poco democrática». Para ella, la clave está en hacer que los lores sean más representativos y transparentes, preservando su función de supervisar y revisar la legislación.Russell considera que la percepción pública de los lores ha ido decayendo debido a su «crecimiento descontrolado y la falta de transparencia en los nombramientos», lo que lleva a que muchas personas lo vean como «un club de élite», donde predominan los nombramientos a dedo y los títulos hereditarios, lo cual, en su opinión, choca frontalmente con las expectativas democráticas de una sociedad moderna.Starmer y su Gobierno laborista han recogido estas preocupaciones y han incorporado propuestas clave en sus planes de reforma. Entre ellas, destaca la idea de eliminar los lores hereditarios, que hasta ahora han mantenido un pequeño pero simbólico grupo de escaños en la cámara. Otro de los cambios es la creación de un sistema para asegurar que la cámara refleje más fielmente la diversidad del Reino Unido . Bajo este plan, se espera que los nombramientos se basen más en el mérito y en la representación de distintos sectores de la sociedad, y menos en los lazos políticos o familiares. Esto también incluiría una mayor presencia de mujeres, minorías étnicas y otros grupos que históricamente han estado subrepresentados en la cámara alta.El conde de Devon defiende que su papel es una extensión de una tradición cultural que ha perdurado durante siglosPero existe una preocupación generalizada de que una reforma radical pueda debilitar la capacidad de los lores para funcionar como un órgano efectivo de revisión legislativa. Como ha señalado la profesora Russell, «no se trata de desmantelar la Cámara de los Lores, sino de reformarla para hacerla más eficaz y representativa».Papel históricoLa oposición conservadora ha advertido que la reforma podría reducir la independencia de los lores, al estar sujeta a nuevas reglas que podrían debilitar su función de contrapeso político . Y en medio de este intenso debate sobre su relevancia, el conde de Devon, Charles Courtenay, se ha erigido como un firme defensor de su existencia y del valor histórico que representan. Courtenay, quien ingresó a la Cámara en 2018, sostiene que su papel es una extensión de una tradición cultural que ha perdurado durante siglos. «Esto es nuestra cultura, hemos estado haciendo este trabajo durante 900 años», afirmó a \'The Guardian\', destacando la larga historia de su familia en el Parlamento. El conde argumenta que los lores hereditarios aportan una «diversidad inesperada», aludiendo a las trayectorias profesionales de sus colegas, como Lord Hampton, director de un colegio público en Londres, y a Lord Ravensdale, ingeniero nuclear. «Los condes y los lores hereditarios no son sólo figuras decorativas; traemos habilidades y experiencias únicas al debate legislativo», subraya. Además, critica la propuesta de eliminar títulos hereditarios como un intento de obtener «beneficios políticos a corto plazo».