La tensión y la angustia por la cita electoral de este martes y por lo que puede ocurrir después se cortan con cuchillo en EE.UU. Donald Trump , figura principal de las turbulencias que siguieron a su derrota frente a Joe Biden en 2020, las alimentó este domingo en una gira por varios Estados decisivos: bromeó sobre posible violencia contra la prensa, dijo que no debería haber abandonado la Casa Blanca hace cuatro años pese a perder las elecciones e intensificó la preparación del terreno para el caso de que vuelva a perder con nuevas acusaciones de fraude electoral.Trump, a sus 78 años, lleva casi dos años de campaña, desde que presentó su candidatura a esta elección en noviembre de 2022. En el sprint final , a pocas horas de la jornada electoral, se le nota cierto agotamiento, con la voz ronca y el gesto hosco, después de un calendario extenuante en las últimas semanas. Su discurso, sin embargo, no ha perdido dureza. Al contrario, está desatado.Así se le vio en la jornada maratoniana del domingo, en la que se recorrió buena parte del este del país para celebrar mítines en Pensilvania , Carolina del Norte y Georgia, todos estados determinantes para otorgar las llaves de la Casa Blanca.Noticia Relacionada estandar Si Diario de campaña La voluntaria \'número uno\' de Trump: «No me creo las encuestas, vamos a arrasar» Javier Ansorena y David Alandete En un momento de su primer acto, en Pensilvania, abandonó el guion -como es habitual en él- y se puso a hablar de la pantalla de cristal protector que le acompaña en sus mítines desde el intento de asesinato que sufrió en julio en la localidad de Butler, en ese mismo estado. «Para alcanzarme, alguien debería disparar a través de los medios \'fake\'», dijo señalando a los camarógrafos y reporteros que seguían su discurso subidos a una plataforma, enfrente del expresidente. «Y no me importaría mucho, no me importaría, no me importaría», dijo mientras su seguidores reían el comentario.Trump ha endurecido su lenguaje en los últimos días, con la cercanía de la elección, sobre quienes considera sus rivales. A los demócratas les ha llamado el «enemigo dentro». Y esta misma semana dijo de Liz Cheney -hija del exvicepresidente Dick Cheney , y una de las pocas republicanas que es crítica ferviente de Trump- que debería ser puesta «con un rifle delante de nueve cañones apuntándole» (criticaba la inclinación de los Cheney a meter en guerras a los estadounidenses».En otro momento, Trump dijo que no debería haber abandonado la Casa Blanca en enero de 2021 pese a haber perdido las elecciones de noviembre del año anterior. «Teníamos la mejor frontera, la frontera más segura el día que me fui»; dijo en un pasaje sobre un asunto que es una de sus mejores bazas, el caos migratorio que ha sufrido la Administración de Biden y de su rival, Kamala Harris. «No me tenía que haber ido. De verdad, porque lo hicimos muy bien».Más tarde, en Georgia, dijo que su segundo mandato va a ser «cruel», «sobre todo al principio, vais a ver cosas que no os creeríais».Trump, sin embargo, dejó entrever las dudas de que las urnas le den ese segundo mandato, en una situación de empate técnico en la mayoría de encuestas y la misma semana en la que ha aparecido una encuesta prestigiosa que da la victoria a Harris en Iowa, un Estado que el republicano debería ganar con facilidad (Trump calificó a la encuesta de «fake»). En cualquier caso, dejó claro que volverá a clamar que sufre fraude electoral masivo -como hizo en 2020, sin que los tribunales ni las propias autoridades republicanas encontraran evidencias- si pierde la elección.Trump regaló una retahíla de acusaciones de fraude electoral en este ciclo, de nuevo, sin pruebas. Dijo que solo cree en los votos del día de la elección -aunque su campaña ha celebrado los grandes números que han obtenido este año en voto anticipado en persona y por correo-, que quiere que haya resultados a las once de la noche del martes -algo que sabe que es muy difícil, excepto en el caso de una victoria abultada de uno de los candidatos, y las encuestas apuntan a un resultado muy ajustado- y que ampliar las horas de votación en Pensilvania -algo por lo que ha pelado su partido- es fraudulento.«A todo el mundo le da miedo hablar de esto, te acusan de ser un conspiracionista», dijo. «Y después te quieren mandar a la cárcel. A los que deberían encerrar son aquellos que hacen trampas en esas elecciones horribles que ocurren en nuestro país», añadió Trump, que ha dicho que solo aceptará resultados que él considere «justos» y ha dicho que la única posibilidad de que él pierda es que los demócratas «hagan trampa» .