Aunque en términos de apoyos en la sesión de investidura la alemana Ursula von der Leyen ha obtenido esta vez un resultado mucho más amplio que en su primera legislatura, la situación política es bastante más compleja y se verá obligada a navegar en lo que un importante funcionario europeo ha definido en privado como « un campo de minas ». A escasas horas de que finalice el plazo que ella dio a los gobiernos nacionales para que enviasen sus candidatos para formar parte de la Comisión, ni han llegado nombres de todos los países ni los que han llegado permiten pensar que se podrá cumplir el objetivo de tener tantas mujeres como hombres. A corto y medio plazo, Von der Leyen ya sabe que tendrá que tomar decisiones clave sobre el futuro de la Unión , su presupuesto o la ampliación a nuevos miembros y todo ello mirando a la guerra en Ucrania y las elecciones en Estados Unidos .El Gobierno español, que es uno de los que no planteaba ninguna incógnita en cuanto a la nominación de la vicepresidenta Teresa Ribera , esperó hasta ayer para hacer el anuncio oficial, junto a Dinamarca y Portugal y anoche aún no habían desvelado sus candidatos ni Italia, ni Bélgica ni Bulgaria. La presidenta había dicho que necesita conocer a todos los nombres propuestos antes de empezar siquiera a esbozar la distribución de carteras, algo en lo que tiene un margen de maniobra limitado porque determinados gobiernos tienen intereses específicos en carteras concretas. Pero por lo que respecta a su interés específico por el equilibrio de género, por ahora solamente se han nominado a siete mujeres, ella incluida, lo que es un síntoma evidente de las dificultades políticas que afronta para imponerse ante los gobiernos nacionales, entre los que hay varios que son abiertamente hostiles a la figura de la presidenta.Noticia Relacionada estandar Si Orbán retira la protección a miles de refugiados ucranianos, que se quedarán en la calle Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín «Estamos en una situación desesperada porque no tenemos adónde ir», lamenta Marina Amit, madre de cinco hijos, que huyó a Hungría el año pasadoY por si fuera poco, el Parlamento Europeo está más fragmentado que nunca y tendrá que actuar con extremo cuidado cada vez que busque el apoyo de las numerosas fuerzas de derecha radical, porque eso puede suponer que la abandonen los socialdemócratas. El grupo Popular volverá a ser su apoyo principal, aunque no puede ignorar que sus miembros le están pidiendo un cambio en determinadas políticas.Nuevos departamentosEl elemento más relevante del programa de Von der Leyen es la creación de nuevos departamentos , en especial el de nombrar a un comisario como responsable de la coordinación de la industria militar europea, lo que constituye un elemento inédito en la política comunitaria por entrar en un campo que estaba teóricamente excluido. Para ello necesitará dinero. También para el departamento de Vivienda que le han pedido que instaure algunos países del sur (entre ellos España) y al mismo tiempo necesitará financiar la transición energética verde, que está causando enormes fricciones de todo tipo. Y por si fuera poco, tendrá que hacer frente también al compromiso de aceptar seguir adelante con los planes de ampliación a nuevos países, algunos de los cuales están esperando en la puerta desde hace veinte años. Durante la pandemia y la crisis económica sobrevenida con la guerra de Ucrania, Von der Leyen ha demostrado una clara determinación para llevar las riendas de la Comisión. Sin embargo, en esos dos casos, la situación era tan inesperada que todo el mundo estuvo de acuerdo en concederle un margen de maniobra casi ilimitado para que tomase decisiones importantes, algo que está lejos de poder mantenerse. También es muy posible que la inestabilidad en países centrales como Francia se acabe contagiando a la política comunitaria. El canciller alemán Olaf Scholz también está claramente debilitado después de los últimos resultados electorales, por lo que tendrá que buscar andamiajes políticos alternativos al pacto franco-alemán teniendo en cuenta que los otros dos países grandes, Italia y España, están gobernados ahora por fuerzas manifiestamente antagónicas. Otros dirigentes que han sido fundamentales en los debates europeos, como el holandés Mark Rutte y el belga Alexander De Croo , ya no estarán en la mesa del Consejo Europeo, mientras que el húngaro Viktor Orbán , que además ostentará la presidencia durante todo este semestre, le pondrá todas las zancadillas posibles.