El despotismo de Donald Trump aproxima a la comunidad internacional hacia China, condiciones favorables que Xi Jinping ha comenzado a aprovechar apuntalando su preeminencia en el Sureste asiático. El líder chino ha dedicado esta semana a visitar Vietnam, Malasia y Camboya, su primer viaje al extranjero este año.No es casualidad que estos países se cuenten entre los más castigados por el presidente estadounidense. Sus aranceles universales imponían un 46, un 24 y un 49%, respectivamente, ahora reducidos al 10% y postergados tres meses. Trump pretende emplear este margen de tiempo para aislar al gigante asiático, exigiendo la imposición de aranceles secundarios a productos chinos a cambio de retirar los sobrecostes. Dicha estrategia otorga a China, pese a sus problemáticas prácticas comerciales, la superioridad moral de abogar por el multilateralismo y el libre comercio. La ventaja resulta también práctica: mientras Trump ordena escoger, Xi defiende no hacerlo.Noticia Relacionada estandar No China responde a EE.UU. y eleva los aranceles al 125% en plena visita de Pedro Sánchez a Pekín Claudia T. ferrero El Ministerio de Comercio del gigante asiático modifica la tarifa previamente impuesta del 84%En su gira, el líder chino ha enfatizado la idea de una «familia asiática» y ha llamado a la «unidad regional», escenificada por la calurosa bienvenida extendida por sus contrapartes, empezando por el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam .Ambos regímenes comunistas emitieron un comunicado conjunto que manifestaba su «oposición al unilateralismo» y firmaron una serie de acuerdos para profundizar la cooperación en materia de seguridad estatal. La tesitura resulta particularmente complicada para este país, pues las exportaciones a EE.UU. representan un elemento fundamental de su economía.Por su parte, el primer ministro de Malasia , Anwar Ibrahim , alabó a Xi como un «líder extraordinario» y expresó su oposición a la «independencia de Taiwán». Anwar también aseguró que la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), cuya presidencia rotatoria ostenta Malasia, «no apoyará ningún tipo de aranceles unilaterales».La visita del chino sienta las bases para incrementar los intercambios denominados en yuanes en la región, pues nada se empapa del descrédito estadounidense como el dólar. En el caso de Malasia, las liquidaciones transfronterizas en yuanes superaron en 2024 los 300.000 millones (36.000 millones de euros), un aumento interanual del 29%.En Camboya , Xi ensalzó una amistad «acorazada» que mantiene a ambos países «unidos contra la hegemonía» antes de ser recibido en el aeropuerto por el Rey Norodom Sihamoni en persona, un gesto de extraordinaria deferencia.Los aranceles universales de Trump preludian una segunda guerra comercial entre las potencias. En ese sentido, el pujante comercio con el Sureste asiático «contribuirá a compensar el vacío dejado por el acceso limitado al mercado estadounidense», señalaba en un evento reciente Hoe Ee Khor, economista jefe de Asean+3 Macroeconomic Research Office, quien estimaba que la inversión directa de China en ASEAN se ha doblado tras la pandemia del Covid-19.