El Arzobispo de Corrientes emitió una reflexión para época sobre el comienzo de 2025. Dijo que la llegada de cada mes de enero nos recuerda a todos que siempre hay una nueva chance para ser feliz, para sanar, trabajar en lo interior y para ser mejores.
Con el inicio de cada año, la mayoría de las personas renuevan sus esperanzas y "resetean" su voluntad con la premisa de vivir un tiempo de cambio, para hacerle frente a las vicisitudes y desafíos que propone cada llegada del mes de enero.
En razón de ese "nuevo comienzo", época dialogó con el arzobispo de Corrientes, José Adolfo Larregain, quien desanda por estos días las primeras jornadas de su ministerio pastoral en la provincia, atento a que hace menos de una semana que se convirtió en el nuevo prelado de esta Arquidiócesis.
El franciscano señaló al respecto que "cada 1 de enero la Iglesia celebra tres acontecimientos. El primero, que es un nuevo año civil que iniciamos, dándole gracias a Dios por esta posibilidad que cada año trae una enseñanza diferente y nuevos desafíos, de los cuales hay que sacar aprendizajes".
Profundizando en ese punto de su reflexión, sumó: "Hay años que vamos a recordar toda la vida y otros que nos van a ir haciendo fuertes y eso es lo importante, que cada año nuevo nos recuerda que hay una nueva oportunidad para ser feliz, para sanar, para trabajar en lo interior y para ser mejores. Son nuevas oportunidades. Entonces es motivo para darle gracias a Dios por un año nuevo que se inicie".
Luego, monseñor José Adolfo habló del segundo acontecimiento que conmemora la Iglesia en el primer día del año. "Se celebra la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Desde tiempos muy antiguos la Iglesia celebra esta advocación. Y en el año 431, en el concilio de Calcedonia, se declara el dogma. Entonces qué lindo poner bajo el manto protector de la Santísima Virgen María, este año que vamos a transitar", valoró.
Con respecto al tercer acontecimiento, el pastor correntino indicó: "Celebramos la 58ª Jornada Mundial por la Paz, bajo el lema: "Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz. Qué importante es el perdón vinculado con la paz y la paz vinculada al perdón. Ambos conceptos se reclaman mutuamente. El perdón conduce a la paz, la paz nos conduce también al perdón. Y eso es algo muy importante en este año jubilar que está bajo el lema: Peregrinos de la Esperanzaº".
Finalmente, Larregain sostuvo que "Dios nos dice a cada uno que hay esperanza. Lo mismo nos refiere el Papa Francisco. Qué bueno esto de sabernos sostenidos y animados por la esperanza. Y también pedirle al Señor la gracia de hacernos otro camino, proceso, para poder abrir puertas, cruzar umbrales, cruzar especialmente también por esa puerta de Dios que nos transforma. Y le pido a Dios para toda la comunidad que cada uno tenga la gracia de contar con pan en su mesa, trabajo en sus manos, unidad y salud en la familia, justicia y paz en nuestra patria. Feliz y bendecido Año Nuevo. Paz y bien".
Jubileo 2025: el Papa pidió condonar deudas
El Papa Francisco ayer hizo un llamamiento a los países de "tradición cristiana" para celebrar el Jubileo de 2025 con la condonación de la deuda de las naciones más pobres.
"Animó a los gobernantes de los países de tradición cristiana a dar buen ejemplo, cancelando o reduciendo al máximo las deudas de los estados más pobres", declaró, desde la ventana del apartamento pontificio, tras el rezo del Ángelus.
Francisco reforzó una de sus propuestas centrales para el 27º jubileo ordinario de la Iglesia católica -celebración que se realiza cada 25 años-, que comenzó la pasada Nochebuena, con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro.
"El jubileo de este año se caracteriza por un tema peculiar: el de la condonación de la deuda. El primero en perdonar las deudas es Dios, como siempre rezamos en el Padre Nuestro, refiriéndose a nuestros pecados y comprometiéndonos a perdonar a quienes nos han ofendido", explicó.
El jubileo nos pide traducir esta remisión a nivel social, para que ninguna persona, ninguna familia, ningún pueblo quede excluido a causa de las deudas".
En la Jornada Mundial de la Paz, el Papa quiso agradecer "las iniciativas de oración y compromiso por la paz promovidas en todas partes del mundo, por las comunidades diocesanas y parroquiales, por las asociaciones, movimientos y grupos eclesiales".
El tema elegido por Francisco para la celebración de 2025 fue "Perdónanos nuestras ofensas: concédenos tu paz". "Inspirándome en este año jubilar, invito a la comunidad internacional a actuar para perdonar la deuda externa, reconociendo la existencia de una deuda ecológica entre el Norte y el Sur del mundo", escribió Francisco, en su mensaje para el Día Mundial de los Derechos Humanos por la Paz 2025.
La Jornada Mundial de la Paz fue instituida en 1968 por San Pablo VI (1897-1978) y se celebra el primer día de cada año, con un mensaje papal.
