En la iglesia catedral se realizó anoche la misa crismal, una celebración que presidió monseñor Andrés Stanovnik. En el templo hizo la consagración del santo crisma y la bendición de los otros dos aceites.
El programa sigue hoy también en el templo por la calle Yrigoyen. A las 20, el arzobispo presidirá la santa misa, en la que rememorará el lavatorio de los pies.
Mañana, a las 10, en el mismo lugar se rezará el tradicional vía crucis de las familias. A las 15, será la pasión del Señor. A las 19 se desarrollará el tradicional vía crucis de la ciudad por la avenida costanera.
Por otra parte, el Viernes Santo también harán el vía crucis juvenil rumbo a Santa Ana con el lema "Joven, elegí buscarte y caminar con vos". La concentración será a partir de las 7.30 en las rutas 12 y 43, la salida está prevista que sea a las 8, luego de la bendición de Stanovnik.
El Sábado de Gloria, la solemne vigilia pascual la presidirá el arzobispo en la catedral a las 21.
Homilía crismal
Anoche, monseñor sostuvo que toda persona ungida es aquella que se le confía una misión y se distingue porque la desempeña en el buen trato hacia sus semejantes. Es alguien a quien se lo capacita para un gran desafío: desentenderse de sí mismo y atender al que tiene al lado.
"La unción crismal que todos hemos recibido, y que nos iguala ante Dios y ante los demás en calidad de hijos y de hermanos, es aquella que se nos dio en el bautismo. Sumergidos en la muerte y resurrección de Cristo, nos ungen para el combate contra el mal y nos perfuman para caminar todos juntos. Esa es nuestra identidad cristiana y nuestra misión", recordó el arzobispo.
Habló además de la tarea de todo bautizado que es la de misionar y "anunciar el evangelio a los pobres, es decir a aquellos que se disponen a recibir la unción" que "hace libre al hombre" y que otorga "una nueva visión de la vida".
"Este tiempo de gracia nos exige una atenta escucha al Espíritu del Señor, que está sobre nuestra comunidad y sobre cada uno de los ungidos que la conformamos. Por eso, la escucha recíproca, hecha de silencio, de atención y de acogida del otro, es un lugar en el que Dios habla hoy", expresó ante los creyentes presentes en la catedral.
Además de la consagración del santo crisma realizó la bendición de los óleos para los catecúmenos y para los enfermos.
Los sacerdotes renovaron sus promesas comprometiendo así a la "misión específica de caminar junto con el pueblo de Dios, en esta maravillosa peregrinación, animada por el Espíritu del Señor, que tiene como meta final el feliz encuentro en el santuario del cielo".
