Serotonina, dopamina, triptófano... depende de como de "activas" tengas ciertas hormonas estarás más o menos optimista o más o menos cansada. Descubre tu propia capacidad para regular las hormonas que te ayudan a vivir mejor.
Estas sustancias químicas, las hormonas, están circulando por nuestro cuerpo constantemente, y además de influir en nuestro estado de salud, en pequeñas cantidades tienen grandes efectos tanto en nuestro estado de ánimo como en nuestra predisposición a fijarnos unos objetivos u otros.
En resumidas cuentas, las hormonas hacen que veamos la vida de un color determinado dependiendo del momento.
La serotonina, la dopamina, las endorfinas... todas ellas tienen algo que decir sobre cómo nos sentimos, qué queremos hacer y de qué manera lo haremos, pero su correcta concentración en el organismo también nos afecta en muchos otros aspectos, como el apetito o el dolor que sentimos.
De algún modo, estas partículas hacen que nuestra vida mental vaya mucho más allá de nuestro cerebro y se extienda a procesos que involucran a todo nuestro cuerpo.
A continuación veremos cuáles son las hormonas con un papel más importante en la regulación de nuestra felicidad y bienestar.
LA QUÍMICA DEL BIENESTAR: NUESTRAS HORMONAS
En tu organismo hay una serie de sustancias que regulan constantemente su funcionamiento. Las más importantes son los neurotransmisores (que se originan en el sistema nervioso) y las hormonas (fabricadas por las glándulas).
Las primeras van pasando de una neurona a otra, contribuyendo a que los impulsos eléctricos vayan recorriendo partes del cerebro y de los nervios que recorren tu cuerpo, mientras que las hormonas van viajando por todo tu organismo a través de la sangre, produciendo efectos específicos sobre tus órganos y haciendo que se coordinen entre ellos.
Además, algunas sustancias pueden comportarse como hormona y neurotransmisor a la vez, dependiendo de su ubicación.
Así pues, las hormonas son una especie de mensajeros químicos fabricados por glándulas del cuerpo, como por ejemplo la tiroides, las glándulas suprarrenales (situadas sobre los riñones), el páncreas, etc. A su vez, el funcionamiento de estas glándulas está regulado por la hipófisis, una especie de glándula central que se encuentra en la base del cerebro.
Las hormonas juegan un papel decisivo en la regulación del apetito, el dolor, la felicidad...
Los efectos de las hormonas son tan potentes que influyen en tu salud, en tu manera de regular el apetito, e incluso en cómo experimentas tu estado de ánimo. Es importante que las conozcas, ya que esto te ayudará a comprenderte mejor ya entender qué hay detrás de tus estados de ánimo y los cambios de humor.
Además, también puedes aprender a regularlas con la dieta, el ejercicio y unos hábitos saludables.
LAS HORMONAS DE LA FELICIDAD
Ya hemos visto que una pequeña cantidad de hormonas es capaz de hacer que nuestro estado emocional cambie en cuestión de segundos. Pero... ¿cuáles son los principales tipos de hormonas más importantes en lo relativo a tu felicidad? Las puedes encontrar a continuación.
Las que mejoran tu bienestar y regulan tu apetito
La serotonina y la dopamina están relacionadas con la sensación de felicidad y, además, están implicadas en otras áreas de la salud.
Dopamina
La dopamina provoca placer y hace que te sientas bien. Se produce en el cerebro y juega un papel importante en la memoria. Si está baja, puede conllevar algunos trastornos de salud; el más conocido es la enfermedad de Parkinson, provocada por la muerte de las neuronas relacionadas con esta sustancia.
Puedes elevar la concentración de dopamina comiendo fruta muy madura (como las partes oscuras de los plátanos o las manzanas “oxidadas”). Tomar alimentos con antioxidantes, como frutas y verduras, ayuda a eliminar los radicales libres, que provocan la disminución de los niveles de esta sustancia en el cuerpo.
Sin embargo, debes tener en cuenta que tampoco es bueno tener demasiada dopamina, ya que su concentración en determinadas zonas del cerebro se asocia con trastornos psicóticos como la esquizofrenia.
Serotonina
La serotonina se conoce como la sustancia de “la felicidad”. No en vano, muchos fármacos antidepresivos actúan sobre los receptores de la serotonina del cerebro.
Además, si dentro de tu cuerpo los niveles de esta hormona son más bajos de lo normal, se incrementa la necesidad de comer, porque una de sus funciones es crear sensación de saciedad y regular los movimientos del intestino.
Para producir serotonina, el organismo necesita del aminoácido triptófano, y por ello tomar alimentos ricos en este, como queso, leche, huevos, pollo, pescado o nueces, favorece la sensación de saciedad. El deporte también incrementa la producción de serotonina, y por este motivo practicarlo conlleva un aumento de la sensación de bienestar.
Consume alimentos ricos en triptófano para producir más serotonina
Por otra parte, no te conviene un exceso de serotonina: un incremento abrupto de su producción, por ejemplo por el mal uso de medicamentos antidepresivos, puede provocar que se acumule en el cerebro, con consecuencias muy negativas para la salud.
Las que alejan el estrés y alivian los dolores
Las oxitocinas y las endorfinas no solo contribuyen a tu bienestar emocional, también tienen la facultad de ser “tranquilizantes”.
Oxitocina
Esta hormona sirve, entre otras cosas, para sentir una mayor seguridad y socializar mejor. Si la dopamina está por las nubes cuando nos enamoramos, la oxitocina es la que hace que ese amor perdure durante muchos años, ya que interviene en la creación de vínculos emocionales que se consolidan al estar en contacto con los demás. También se relaciona con el orgasmo, tanto en hombres como en mujeres.
Además, esta hormona es responsable del vínculo “químico” madre-hijo, la empatía, la sociabilidad y la sensación de pertenencia a un grupo social. También produce tranquilidad, reduciendo la ansiedad y el estrés, y generando sensación de confianza. Debido a estas propiedades, se está investigando su posible uso de forma terapéutica para el tratamiento del autismo.
Por otro lado, investigaciones recientes han demostrado que los efectos que genera la oxitocina en el cerebro son parecidos a los que puede generar el alcohol. Ambas sustancias afectan a diversas regiones del cerebro y generan un incremento de la sociabilidad, pérdida del miedo al fracaso, aumento de la confianza y alteración del apetito.
Curiosamente, altos niveles de alcohol u oxitocina llevan a actitudes y acciones violentas.
Endorfinas
Las endorfinas son conocidas por su efecto analgésico. Se trata de sustancias capaces de provocar una acción anestésica en el cerebro, y por este motivo juegan un papel vital en la percepción del dolor. Su nombre es debido a que podrían ser consideradas como una especie de “morfina” natural.
Y es que las endorfinas no solo modulan la percepción del dolor: pueden hasta llegar a eliminarlo, especialmente en situaciones de mucho estrés. Por ejemplo, si sufrieras un accidente y alguien de tu entorno necesitase ayuda urgente podrían “anular” tu dolor para que pudieras actuar y ayudar sin sufrir.
Así pues, mantener hábitos de vida que favorezcan la producción de endorfinas puede ser un buen aliado para el alivio del dolor. La mejor manera de mantener altos tus niveles de endorfinas es hacer ejercicio, y si además lo practicas con amigos, tendrás una dosis extra de esta hormona, ya que el contacto agradable con otras personas también contribuye a elevarlas.