Son dos de los tratamientos estéticos no invasivos más elegidos para rejuvenecer el rostro y mejorar el aspecto de la piel ¿Conocés las diferencias que existen entre ellos?
La toxina botulínica es una de las más conocidas entre los métodos no invasivos de rejuvenecimiento facial.
A su vez, existen otros tratamientos que se basan en la aplicación de rellenos, que le devuelvan la lozanía perdida al rostro.
¿Conocés las diferencias entre ellos?
¿Qué es y cómo actúa la toxina botulínica?
La toxina botulínica se encarga de paralizar o disminuir la función del músculo sobre el que se aplica, logrando que se relajen. De esta manera, además, se previene la formación de arrugas, mientras se suaviza las ya existentes.
Su efecto dura algunos meses y se aplica mediante inyecciones en zonas en las que es más común que se formen arrugas, como las comisuras de los labios, los ojos, el entrecejo y la frente.
¿Qué son los rellenos faciales y para qué sirven?
Por otra parte, las sustancias de relleno son materiales que se infiltran en las zonas que hace falta reposicionar o añadir volumen que se pierde con el paso del tiempo.
Están formuladas con componentes biocompatibles para evitar o reacciones no deseadas en la piel. Con el tiempo, el organismo las va absorbiendo, pero mientras ejercen su efecto, logran que la piel se vea tersa e hidratada.
¿Qué diferencias tienen estos tratamientos?
-La toxina botulinica actúa sobre el músculo y lo paraliza, en cambio los materiales de relleno mejoran el aspecto de la piel y le dan volumen a las zonas que no lo poseen.
-En cuanto a su acción, la toxina botulínica produce un bloqueo de la liberación de acetilcolina, provocando una relajación o parálisis muscular temporal, dejando un efecto relajado sobre el rostro. En cambio, los rellenos faciales le dan volumen a la zona donde se aplican o inducen la producción de colágeno para aumentar la densidad de la piel y hacer que sea más firme. Como si se tratara de una esponja o una almohadilla, su efecto es el de rellenar arrugas y líneas que no desaparecen con la toxina botulínica, porque no tienen relación con los gestos.
-Hasta seis meses puede durar el efecto de la toxina botulínica, mientras que los rellenos pueden hacerlo hasta casi un año. Esto depende de cada persona, del tipo de relleno, de la zona y de cómo su organismo reabsorbe el producto.