A la hora de la merienda, las rosquitas son una excelente opción para disfrutar con unos ricos mates. Se trata de una receta fácil, rica y rendidora que le suele gustar a casi todas las personas.
Cocinar rosquitas es muy sencillo: aunque se pueden freír, existe la opción de meterlas al horno. Los ingredientes se consiguen sin problemas y hasta es probable tenerlos en el hogar. La harina, la azúcar y la leche forman la base de esta deliciosa preparación casera. Además, seguir las cantidades tal cual como se indica es muy importante.
Se parecen a las bolas de fraile, ya que la masa es esponjosa (por la levadura) y azucarada. Sin embargo, la diferencia está en el agujero que las rosquitas llevan en el centro. La masa debe quedar bien integrada, así como blanda y suave. ¡Conocé el paso a paso!
Ingredientes
- 500 gramos de harina 0000 o 000.
- 150 gramos de azúcar.
- 150 mililitros de leche.
- 50 gramos de manteca pomada.
- 2 huevos.
- 12 gramos de levadura fresca (1/4 de pan).
- Esencia de vainilla o ralladura de 1 limón.
- 1 cucharadita de sal.
- Aceite neutro para freír.
Modo de preparación
1. En un bol, colocar los 500 gramos de harina junto con la cucharadita de sal. Reservar.
2. En otro recipiente, poner los 12 gramos de levadura junto a los 150 mililitros de leche. Sumar solo una cucharadita del total del azúcar y mezclar todo muy bien. Dejar reposar tapado con un repasador.
3. Cuando la preparación de la levadura ya esté activada, es decir, en el momento que se vean burbujas, sumarla al bol con la harina. Añadir también los 2 huevos y la esencia de vainilla o ralladura de limón.
4. Integrar todo muy bien, hasta que quede un bollo liso. Unir con los 50 gramos de manteca: la masa tiene que estar húmeda y homogénea.
5. Dejar levar en un lugar cálido, tapado con repasador y hasta que duplique su tamaño.
6. Luego, separar en bollos chicos y formar bolitas. Con el dedo, hacerles un agujero en el centro. Dejarlas reposar unos 15 minutos.
7. Freír las rosquitas en abundante aceite hasta que estén cocidas y doradas.
8. Al sacarlas, ponerlas en un plato con servilletas para que estas absorban todo el exceso de aceite. Espolvorear con azúcar común o impalpable y dejar entibiar.
¡Y listo! Ya se puede disfrutar de unas riquísimas rosquitas. Es importante saber que si la masa se pega en las manos al momento de armarlas, es algo normal. Si esto resulta muy molesto, una solución efectiva es colocarse aceite en los dedos.
Por otro lado, el aceite debe estar con pocas burbujas para saber si la temperatura es correcta. La cocción es larga y lenta, por lo que no es conveniente que esté tan caliente. De lo contrario, quedarán crudas por dentro.