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Damián Verzeñassi: “El aire contaminado por los incendios en la isla provoca daño genético”

 

Otra vez fuego en el humedal. El 2025 inauguró con nuevos incendios en el Delta del Paraná, más precisamente en la zona conocida como Isla de los Mástiles, perteneciente a la provincia de Santa Fe. El jueves las llamas habían arrasado unos 10 kilómetros cuadrados. El pasado viernes la zona se extendió desde frente a Granadero Baigorria hasta un sector a la altura de Capitán Bermúdez. Son más de cien las hectáreas afectadas y el humo ya se divisa desde la costa rosarina. La crisis socioambiental, nuevamente a la vista.

Pasaron tres años del mayor ecocidio que se recuerde en la zona sin embargo la tendencia continuó replicándose, en menor medida, como parte de un modelo de producción que favorece la maximización de la rentabilidad por sobre la salud socioambiental que sigue provocando que, en Rosario y la región, se agrave la crisis socioambiental.

Para el médico Damián Verzeñassi, director de Instituto de Salud Socioambiental (Inssa) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en la ciudad de Rosario, “estamos respirando un aire que está cargado con partículas que no solamente impactan en nuestros pulmones, en nuestras vías respiratorias y las inflaman, sino que además viene acompañado de químicos que incorporados en nuestros torrentes sanguíneos nos generan problemas de salud”.

El médico de la UNR impulsor de la investigación “La vida hecha humo” del Inssa que se erige como de los trabajos más serios de la comunidad científica local con respecto a las consecuencias del aire contaminado en la región, indicó: “A nivel endocrino, el humo genera trastornos en los sistemas del sueño”. Y destacó que, “sí tenemos menos oxigeno tenemos menos posibilidad de descansar, se alteran nuestros ritmos circadianos y de esa manera lo que se genera es un aumento en los niveles de estrés. Esto lo que hace es que nuestra sociedad, nuestra ciudadanía, se vuelva más irritable, y esa mayor irritación se traduce en mayores índices de violencia”.

El paso del tiempo dejó una discusión saldada en muchos aspectos: el deterioro en la calidad de vida producto de la contaminación del aire por los incendios en la región afectan profundamente la salud de la ciudadanía.

Entre los cuadros principales de afectación a la salud de las personas, el médico del Inssa, quien es uno de los autores del libro “La vida hecha humo”, editado en 2020, enumeró una serie de implicancias explicitas durante los días en que el aire está más contaminado: “Un aire cargado de sustancias químicas y partículas en suspensión que no nos permiten oxigenarnos correctamente incrementa los problemas de salud cardiorespiratorios pero sobre todo cardíacos, aumentando los infartos y los problemas de insuficiencia cardíaca, nos generan problemas a nivel oftalmológico y dermatológico, esto lo conocemos todos, pero lo que no estamos muy en condiciones de asimilar es la información respecto del daño genético que genera el estar respirando aire con este tipo de partículas y de sustancias químicas”.

Existen estudios, según Verzeñassi, que demuestran “que las mujeres que, estando embarazadas, respiran aires cargados de partículas químicas en suspensión, lo que hace es generar menos irrigación y menos oxigenación en sus niños y niñas en gestación. Esto implica, aumentos en los nacimientos prematuros, aumentos de los nacimientos con niños y niñas de bajo peso y aumento de riesgo de aborto espontáneo. También hay estudios que hablan de la cronificación de las enfermedades respiratorias”.

Haciendo una lectura política más de fondo que la coyuntura Verzeñassi opinó: “Un rasgo distintivo que parece despertar a las autoridades provinciales es el humo: Cuando cruza los límites geográficos de los territorios en llamas para generar estragos en las poblaciones urbanas a través del aire contaminado, ahí parece cobrar interés público”, criticó el médico quien además hizo un llamado a discutir el modelo de producción “porque algunos apoyan, votan y promueven políticas públicas que favorecen el ecocidio y el saque de nuestros bienes comunes como pasó hace algunos días con la adhesión de Santa Fe al RIGI (Régimen de Incentivo a las grandes inversiones) pero luego quieren culpar a los kayaquistas de las crisis climáticas que sufre nuestro territorio”.

Entre las afecciones más frecuentes se encuentran la conjuntivitis, rinitis, sangrado nasal, epistaxis, llagas en la mucosa bucal, agitación, ahogamiento, sofocación, congestión, taquicardia, inflamación de ganglios, dificultad severa para respirar, insuficiencia respiratoria, broncoespasmo, disnea, neumonía intersticial, problemas cardíacos, dolor de cabeza, náuseas,  mareos, cefaleas, vómitos, malestar general, falta de oxígeno, hipertensión arterial, alergias dermatológicas y seborreas, malestar gástrico, tristeza, angustia, cambios de humor, ataques de pánico, entre otras.

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