El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°3 de Rosario condenó en un juicio oral a 7 años de prisión a un hombre conocido en redes sociales como “Emi Trix”, que fue detenido en 2022 como uno de los principales vendedores de droga de diseño de la ciudad. A la vez, sentenció a 3 años de prisión de ejecución condicional a su novia influencer, mientras que otros cinco miembros de la organización -entre ellos dos policías- acordaron en un juicio abreviado penas de entre 6 años y 4 meses y 3 años de cárcel. Según lo acreditado por el Ministerio Público Fiscal, los siete condenados integraban una banda que comercializaba pastillas de éxtasis y cristal en fiestas electrónicas y gimnasios, bajo la modalidad delivery. Proveían los estupefacientes entre un segmento medio alto de la sociedad.
Los hechos que se ventilaron en el juicio oral se iniciaron en enero de 2022 con una denuncia ante la Policía Federal Argentina (PFA) sobre la actividad ilegal que realizaba el policía santafesino Nicolás Balzi. Un informante pasó el dato de que vendía pastillas de MDMA (éxtasis) y cristal en fiestas electrónicas bajo la modalidad de delivery.
El fiscal del caso, Javier Arzubi Calvo, solicitó y obtuvo intervenciones telefónicas al móvil de Balzi y de su novia, Gabriela Celia Techera Menéndez. De esas primeras medidas, ordenadas por el juez federal N°3, Carlos Vera Barros, se pudo constatar la actividad de venta de estupefacientes.
A Balzi se lo detectó el 21 de enero de 2022 frente a su casa, en Congreso al 500, en una típica maniobra de “pasamanos” con un cliente al que le vendía estupefacientes. Se corroboró su cargo de policía y que utilizaba el domicilio de su novia, un departamento ubicado en Güemes al 2000, como punto de venta de sustancias ilícitas.
En una de las conversaciones obtenidas de las escuchas, Balzi quedó en evidencia cuando, disconforme con la situación, su novia Techera Menéndez le recriminó: “Mi casa no es un pasaje de falopa, ¿me entendés?”. A lo que el policía le respondió: “Me equivoqué Gaby, ya está”. Pero la mujer insistió: “Otra vez me volvés a boludear con el tema de la falopa”.
Como resultado del proceso penal, Balzi llegó a un juicio abreviado en el que fue condenado a 6 años y 4 meses de prisión, por el delito de tráfico de estupefacientes, agravado por su condición de policía provincial. A su novia le impusieron la pena de 3 años de prisión de ejecución condicional, es decir, en libertad.
Los proveedores
La investigación sobre Balzi derivó en sus proveedores. A través del testimonio de un arrepentido, se confirmó que uno de ellos era Emilio Martín Tisera, reconocido en redes como “Emi Trix”, vendedor VIP de drogas de diseño. Vivía una vida de ricos: residía en los condominios del Alto de Rosario y conducía un BMW blanco. Junto a su pareja, la influencer Julieta Valenzuela, se dedicaban a producir y vender estupefacientes (pastillas y cristal) en grandes volúmenes en fiestas electrónicas, o incluso en domicilios particulares dentro de countrys.
A través de seguimientos y datos de informantes, los investigadores descubrieron que Tisera viajaba cada 15 o 20 días a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a proveerse de estupefacientes. “Acopiaba polvo para producir comprimidos con una máquina que instalaba alternadamente en inmuebles que alquilaba en las ciudades de Funes y Roldán”, dice la causa.
En los seguimientos, se pudo constatar que hizo múltiples transacciones: en fiestas electrónicas en el salón Metropolitano fue captado entregando pastillas el 24 de marzo y el 29 de abril de 2022; en la vía pública, en el cruce de San Martín y 3 de Febrero; y en inmediaciones de su domicilio, con un revendedor en maniobras compatibles como “pasamanos”.
Además, se lo vio acceder con llaves a un departamento de calle San Lorenzo al 1600, donde hizo una supuesta entrega de droga bajo la modalidad delivery. Ese inmueble, según la investigación, era utilizado por Tisera como lugar de acopio de pastillas, aunque su novia lo promocionaba en redes sociales como un estudio de “manicuría”.
Revendedores
El grupo contaba con otro uniformado, Leandro Miranda, con funciones en la Policía de Investigaciones (PDI) y en la comisaría N°6 de Peyrano, quien frecuentaba un gimnasio con Balzi, vendía drogas y a su vez era custodio de Tisera, a quien le garantizaba el cobro de deudas originadas por el comercio de pastillas. A ellos se acoplaban Benjamín Bernasconi y Pablo Padalina como dealers o revendedores.
Miranda, Bernasconi y Padalina fueron condenados a 3 años y 6 meses de prisión, e inhabilitación absoluta por igual término al de la condena. En el caso de Miranda, la figura se agrava por su calidad de funcionario público policial, informó la agencia Fiscales, del MPF.
Según la causa, el revendedor Padalina fue identificado el 1° de abril de 2022 cuando se lo vio en la zona de Drago al 1000 egresar del auto de Tisera con un sobre de papel madera en una mano. Era dueño de un negocio de venta de teléfonos celulares ubicado en Alberdi al 600 bis.
Tras la intervención de su línea telefónica, se confirmaron una serie de actividades indicativas de la venta de drogas bajo modalidad delivery.
En el marco de la investigación, en junio de 2022, se ordenaron las detenciones de las personas involucradas y los allanamientos a sus domicilios, que dieron resultados positivos y conformaron, junto otros elementos, las pruebas de la acusación.
En el departamento que compartían Tisera y Valenzuela se secuestró sustancia vegetal de color verde amarronada con características similares a la flor de marihuana por un peso total de 153 gramos, dos pastillas y media con características similares al éxtasis y un arma de fuego.
En tanto, en el departamento de calle San Lorenzo al 1600 que usaban como punto logístico, se secuestraron 2.254 pastillas de diseño; un envoltorio con 130 gramos de sustancia similar a cristal; una balanza digital y elementos para embalar y fraccionar pastillas. En el resto de los domicilios, también se secuestraron drogas, detalla la investigación.
