El sistema eléctrico empieza a tambalear ante el aumento de las temperaturas. Ante la inminencia de un colapso energético por un consumo histórico de la energía, el Gobierno recurre a importar electricidad de Brasil, para afrontar el aumento de demanda.
En las últimas semanas, cuando el calor comenzó a sentirse con fuerza, el gobierno libertario intentó poner en marcha el Plan Verano, pero la realidad demostró que la política energética aún está lejos de ser efectiva.
Este lunes, los números hablaron por sí mismos: el consumo alcanzó los 24.500 megavatios hora (MVh), mientras que la potencia disponible superaba los 29.000 MVh. Sin embargo, lo más preocupante es la cantidad de energía importada. Mientras que países como Chile, Bolivia y Paraguay enviaron pequeñas cantidades de electricidad, Brasil aportó más de 1.760 MVh.
Durante el pico de demanda, Buenos Aires no aportó ni un solo watt al sistema eléctrico. En cambio, la energía provino de las represas de Comahue y Salto Grande. Esto indica que las cuencas acuíferas, que sufrieron por la sequía en los últimos meses, están comenzando a recuperar niveles adecuados de hidraulicidad. En este contexto, tanto Brasil como las represas argentinas están jugando un papel fundamental para mantener el sistema energético a flote.
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La situación podría empeorar. Según los pronósticos de Cammesa, el sistema de abastecimiento enfrentará una creciente demanda hasta el 16 de enero, con temperaturas que podrían superar los 40 grados en varias regiones del país. Si la importación de electricidad no es suficiente, los cortes de energía podrían ser inevitables.
Para enfrentar la contingencia, Argentina importó 2.000 MW de energía desde Brasil, representando casi un 10% del consumo diario. La mejora de la situación hídrica en Brasil, gracias a las lluvias, permitió aumentar su producción hidroeléctrica. Además, se sumaron importaciones menores desde Bolivia y Paraguay. Sin embargo, planes como el uso de barcos generadores de energía flotantes fueron descartados por falta de infraestructura.