En el tradicional mensaje de Navidad, el papa Francisco pidió conversaciones entre Ucrania y Rusia para poner fin a la guerra que siguió a la invasión a gran escala de Moscú hace dos años y que ha matado a decenas de miles de personas.
En su discurso «Urbi et Orbi», Francisco mencionó directamente el conflicto de Ucrania y pidió «la audacia necesaria para abrir la puerta a la negociación».
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, ante miles de personas congregadas en la plaza, el Papa dijo: «¡Que se calle el ruido de las armas en la Ucrania desgarrada por la guerra!». También pidió «gestos de diálogo y de encuentro para alcanzar una paz justa y duradera».
Francisco, que es Papa desde 2013, fue criticado por funcionarios ucranianos este año cuando dijo que el país debería tener el coraje de la » bandera blanca » para negociar el fin de la guerra con Rusia.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, había descartado previamente entablar conversaciones de paz sin el restablecimiento de las fronteras de Ucrania anteriores a la guerra, pero en las semanas posteriores a la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, Zelenskiy ha mostrado una creciente disposición a entablar negociaciones.
Francisco, que recientemente se ha mostrado más crítico de la campaña militar de Israel en Gaza, calificándola la semana pasada de «crueldad», también renovó su llamado a un alto el fuego en la guerra entre Israel y Hamás y a la liberación de los rehenes israelíes restantes retenidos por Hamás.
Calificó la situación humanitaria en Gaza de «extremadamente grave» y pidió que «se abran de par en par las puertas del diálogo y de la paz».
La guerra entre Israel y Hamás comenzó cuando militantes palestinos liderados por Hamás atacaron comunidades del sur de Israel el 7 de octubre de 2023, matando a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomando más de 250 rehenes de regreso a Gaza, según las autoridades israelíes.
La campaña de represalia de Israel, que según afirma tiene como objetivo eliminar a Hamás, ha matado a más de 45.000 personas, en su mayoría civiles, según las autoridades de la Franja de Gaza controlada por Hamás. La campaña ha desplazado a casi toda la población y ha dejado gran parte del enclave en ruinas.