Entre los 1.400 contratos que la Secretaría de Salud nacional anunció días atrás que no renovaría, a modo de ahorro, hay 200 empleados del hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte, que el Gobierno había querido cerrar -sin suerte- el 4 de octubre pasado. Ahora, también le recortó $700 millones de su presupuesto, lo que los empleados consideran como “un vaciamiento” de la institución.
Ante el nuevo embate de la administración de Javier Milei sobre la salud pública, en este caso sobre un servicio esencial como el de salud mental, los trabajadores resolvieron en asamblea «mantener la permanencia en el Hospital Bonaparte enfrentando este nuevo intento de cierre vía despidos y vaciamiento”.
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La segunda medida es una convocatoria para el próximo lunes 20 de enero a un «acto-abrazo» a la institución. La idea es invitar «a que tomen la palabra y participen representantes de todos los hospitales afectados por los despidos; trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y Sitios de Memoria, y organizaciones sindicales, sociales y de la cultura», comunicó la asamblea.
En primera persona
En medio de esa resistencia al ataque del Gobierno, una psicóloga brindó un sentido testimonio acerca de lo que supone para ella su tarea cotidiana en el hospital y, particularmente, el daño que su vaciamiento producirá a la “población vulnerable” que atiende.
“Lo único que tengo para decir, y le pido a todas las autoridades, es que tengan en cuenta a los pacientes”, sostuvo la profesional. “Yo amo trabajar en este hospital, me parece completamente injusto lo que están haciendo, porque yo puedo trabajar en otro lado, claramente tengo mi profesión, pero los pacientes no tienen otro lugar, con las cualidades humanas que se atiende” acá.
Para la mujer “es tremendo lo que está pasando, no pudieron cerrarlo aquél 4 de octubre y ahora lo quieren cerrar con todos estos despidos masivos sin justificación”. En esa línea, recordó que “el lunes 13 fui a dar el examen de idoneidad que me exigieron, cuando en realidad yo soy idónea para mi trabajo, eso me lo avala la facultad” donde obtuvo el título profesional.
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“El examen que nos hicieron hacer era de matemáticas, de leyes, que me tuve que poner a leer, a repasar, a estudiar. Lo aprobé, y así y todo, nos despidieron igual. Nos habían prometido que si rendíamos bien ese examen nos iban a hacer el contrato por un año, y cuatro días después está pasando todo esto”, agregó.
Por su parte, la jefa de guardia interdisciplinaria en salud mental del hospital, María Hortencia Cáceres, dijo que lo que ocurre en la institución «es un vaciamiento, los despidos nos dejan casi inoperativos”.
“Somos un hospital con alcance federal, y somo referencia nacional en Salud Mental y consumos problemáticos”, abundó la profesional, para explicar que con la interrupción de los contratos “estamos diezmados: por ejemplo mañana sábado no vamos a tener psiquiatra. Hay servicios que quedaron desmantelados, es lo que se quiere hacer desde octubre”.