En los primeros días de noviembre de 2024, el periodista católico francés Cyril entrevistó a Glenn Hudson en Nueva York, quien fue colaborador de Joey Lamangino, responsable de los mensajes de Garabandal para todo el mundo, hasta su muerte. A su vez, es actual amigo cercano de la vidente Conchita González, con quien comparte el mismo vecindario, Long Island, y la misma parroquia. Lo que convierte a Glenn Hudson en la persona más confiable para hablar sobre Garabandal, y sobre Conchita, que es la principal vidente de esa aparición.
Gleen afirmó a Cyril que cuando el mundo esté en su peor momento, Dios enviará Su Gran Aviso para detener el mal irremediable, nos mostrará a cada uno nuestra alma tal como Él la ve, para que podamos comprender verdaderamente la gravedad de nuestros pecados ante los ojos del Creador, y tras el Aviso, Dios confirmará su mensaje con un Gran Milagro en Garabandal, que constará de dos partes.
Primero, un milagro que durará alrededor de quince minutos y segundo, una señal que permanecerá en Los Pinos de Garabandal hasta el fin del mundo, para que el mundo nunca lo olvide. ¿Y por qué vendrán estos eventos tan espectaculares, nunca antes vistos en la historia humana?
El 20 de julio de 1963, Conchita preguntó a Jesús por qué ocurriría el Milagro, y Él respondió: “Para convertir al mundo entero”. Entonces Conchita preguntó si Rusia se convertiría, y Jesús le respondió: “Sí, también se convertirá, y así todos amarán nuestros corazones”.
Luego del Gran Milagro, Dios nos dará una época de gracia, un tiempo de calma para permitir que nos arrepintamos, aunque no sabemos exactamente cuánto tiempo durará, y aun así no nos convertimos, entonces la Virgen ha dejado claro que caerá un terrible castigo sobre la humanidad y el planeta entero. Por lo que la llegada de este castigo depende de nuestra respuesta al Gran Aviso y al Gran Milagro.
¿Y cuándo pasará todo esto?
Glenn afirmó que los eventos previos al Aviso incluyen un sínodo importante, que el comunismo regrese con fuerza, y que el Papa vuelva de un viaje a Moscú antes de que estallen las hostilidades de una guerra en Europa.
Glenn explicó que estos eventos son muy específicos y que algunos de ellos están en proceso de cumplimiento, donde destaca la particularidad del nombre del Sínodo de la Sinodalidad, que ningún otro ha durado tantos años.
Asimismo, los temas que se están discutiendo en este Sínodo incluyen algunos tradicionales, pero también otros extremadamente liberales, que podrían traer cambios radicales a la Iglesia, aunque aún no lo sabemos realmente.
Además, este Sínodo se produce luego del cumplimiento de una profecía importante, anunciada al inicio de las apariciones en Garabandal, que decía: “Después de la muerte de los cuatro próximos Papas, tendrá lugar un Sínodo antes del Aviso”.
Hemos presenciado la muerte de San Pablo VI, Juan Pablo I, San Juan Pablo II y Benedicto XVI, y ahora nos encontramos en el periodo en el que se supone que debería ocurrir el Sínodo.
Glenn habló también sobre Conchita, dice que está muy bien. Lleva una vida muy simple, humilde y espiritual, no busca atención, solo desea cumplir con la misión que se le ha dado: advertir al mundo ocho días antes del Gran Milagro.
La última vez que Conchita habló públicamente fue en el 2020, cuando Glenn la llamó y le dijo: “Esto es una pandemia inusual de la que no conocemos las consecuencias” y le preguntó si ella querría dar un mensaje, que él publicaría para que el mundo lo leyera.
El 19 de marzo de 2020 le envió un correo electrónico con su mensaje y su permiso para publicarlo. Dice: “Dios nos está apartando de la seguridad de este mundo.En el silencio de nuestras iglesias o en nuestras casas, ahora podemos hacer un examen de conciencia para despojarnos de todo lo que nos impide escuchar claramente la voz del Señor”.
Y concluye: “Con sinceridad, podemos preguntarle a Dios qué espera de nosotros hoy y seguir haciéndolo cada día, pasando todo el tiempo posible con el Señor, en la iglesia o en nuestras casas, en silencio. Dios es todo lo que necesitamos», Conchita González.
Glenn reveló que la próxima vez que Conchita hable será ocho días antes del Gran Milagro, que ella tiene su propia lista de contactos e informará a ciertas comunidades religiosas y a su familia y cuando ella llame a Glenn, será su responsabilidad difundir la información a través de todos los medios disponibles, mientras tanto el Vaticano está a la expectativa.
Mientras tanto, las peregrinaciones a Garabandal están permitidas, los católicos pueden ir al lugar para rezar y participar en la Santa Misa y no se ha impuesto ninguna restricción en relación con Garabandal.
Por su parte, el Cardenal Tucho Fernández ha dicho que no prohibirá estas apariciones, porque le disgustaría demasiado al pueblo de Dios, o sea que, si bien no la han aprobado, la han tolerado con cierta benevolencia y entonces hay que recordar que el Vaticano conoce la fecha del Gran Milagro.
En 1966 Conchita fue convocada al Vaticano e interrogada durante dos horas y media por el Cardenal Alfredo Ottaviani, quien era el Prefecto para la Doctrina de la Fe, quien se mostró muy complacido con la reunión y organizó de inmediato una audiencia privada con Pablo VI.
Allí, durante esta audiencia privada fue cuando Conchita les reveló la fecha exacta del Gran Milagro y a partir de ahí el Vaticano conoce el día del Gran Milagro.
Mientras la gente se pregunta por qué el Vaticano no reconoce las apariciones de Garabandal como sobrenaturales, desde la Santa Sede han decidido ser cautelosos, diciendo: “Conocemos la fecha, esperaremos y, si sucede tal como Conchita lo predijo, entonces aprobaremos las apariciones”, así, no corren ningún riesgo.
¿Y cómo recomienda Conchita prepararse adecuadamente para lo que viene?
El mejor consejo que Conchita ha dado, según Glenn, es que lo importante es vivir los mensajes que la Virgen María nos ha dado en nuestras vidas diarias, que el propósito de los mensajes de las apariciones es llevarnos a una vida de arrepentimiento y oración.
En ese sentido, los mensajes de la Virgen nos llaman a confesar nuestros pecados, a asistir a misa, a recibir la comunión cuando sea posible, a rezar el Rosario, y a usar el escapulario.
