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Estudio: el 40% del personal de salud está estresado (y se supo por su pelo)

Los datos se conocieron mediante un novedoso estudio realizado en el Hospital de Clínicas que mide el cortisol, la llamada hormona del estrés, en cabello. Se realizó en 2020, en plena pandemia.

Un equipo del laboratorio de Endocrinología del Departamento de Bioquímica Clínica elaboró durante 2020 un estudio novedoso que correlacionó el estrés crónico con los niveles de cortisol –la llamada hormona del estrés–en el cabello en el personal de salud en el contexto de una pandemia.

Durante la investigación se midió la concentración de cortisol en el cabello como biomarcador de estrés. La técnica se encuentra patentada por la Universidad de Buenos Aires. El fundamento del método es la quimioluminiscencia y es menos costoso que el tradicional y dificultoso método de espectrometría de masas habitualmente utilizado.

“El cortisol es una hormona secretada por las glándulas suprarrenales en respuesta a estímulos cerebrales (eje hipotálamo- hipófisis-adrenal). Esta hormona tiene muchas funciones y algunas de ellas están relacionadas a la adaptación del estrés”, dice el doctor Damian Zopatti, Jefe de la División Estadística Archivo Médico y Egresos del Hospital de Clínicas José de San Martín.

En este estudio realizado en los meses de junio, julio y agosto del año pasado -que fue también publicado por la prestigiosa revista científica norteamericana Psychoneuroendocrinology- participaron 234 trabajadores del Hospital de Clínicas José de San Martin.

Dentro de los voluntarios se incluyeron personal asistencial, médicos, enfermeros (personal que trabaja en guardias y en salas de internación) así como también personal administrativo, de mantenimiento y personal técnicos.

Se dividió a la población estudiada en aquellos que estaban en contacto directo con pacientes (médicos, enfermeros, residentes) y los que no tenían actividades relacionadas directamente con pacientes (administrativos, personal de mantenimiento). Y en efecto, se observaron mayores niveles de cortisol en cabello en el personal de salud en contacto directo con pacientes.

“A los participantes se los evaluó de dos formas: por un lado utilizando encuestas “psicológicas” (estrés percibido, apoyo social, escala de burnout y escala de eventos de vida Home-Rahe), y por otro lado con la medición de los niveles de cortisol en cabello. Posteriormente se correlacionaron y los resultados obtenidos de la concentración de cortisol en cabello”, contó el Jefe de Estadísticas del Clínicas. El Burnout es el síndrome de agotamiento (estrés crónico) asociado al ámbito laboral. La escala evalúa tres componentes: cansancio emocional, despersonalización y realización personal.

Los resultados del estudio arrojaron que el 40% de la población estudiada presentó valores de concentración de cortisol en cabello alterados fuera del rango de la normalidad (63% por encima de los valores de referencia y 37% por debajo) considerándose ambas situaciones asociadas a estrés.

En este estudio además, se observó una clara asociación entre el estrés percibido y los niveles de cortisol en cabello. Las conclusiones destacan la utilidad de la medición de cortisol en cabello como un biomarcador adecuado en la evaluación del estrés.

El 12% de la población estudiada presentó burnout (52% médicos, 19% enfermeros y 19% personal administrativo). Se observó una asociación entre la concentración de cortisol en el cabello y la despersonalización en aquellos individuos con concentraciones elevadas de cortisol en su pelo.

“La medición del cortisol puede ser llevada a cabo en diferentes fluidos biológicos (sangre y saliva principalmente). Sin embargo estas matrices solo reflejan los niveles de cortisol que posee el individuo en el momento de obtención de la muestra. La medición del cortisol en cabello presenta la ventaja de que permite evaluar los niveles de cortisol a los que el individuo estuvo expuesto en los últimos 3 meses. Por lo tanto, esta determinación sirve para evaluar la concentración cónica de esta hormona en un periodo de tiempo prolongado y por esto lo hace un adecuado biomarcador de estrés crónico”, agregó Zopatti.

En este periodo histórico inesperado los trabajadores de salud se encuentran bajo altos niveles de estrés y burnout. Dado el actual contexto pandémico el personal en contacto directo con pacientes enfrenta un riesgo aumentado de exposición a la enfermedad, mayor carga de trabajo, dilemas morales y miedo sobre su propia salud y la de sus familias.

“El método automatizado utilizado para evaluar cortisol en cabello cumple los requerimientos para estudiar estrés en estas poblaciones”, cierra el doctor Damián Zopatti.

Participaron del estudio las profesoras y doctoras Bibiana Fabre y Gabriela Berg, los bioquímicos Dario Jacobsen y Diego González, los técnicos Juan Jamardo y Cynthia Mendoza, en conjunto con los residentes bioquímicos Carolina Ibar, Federico Fortuna, Lucas Pugliese, Verónica Ceres y Laura Giraudo. También colaboraron los doctores Damián Zopatti, Sergio Azzara, Silvia Iglesias y Graciela Reboredo.

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