La escritora surcoreana Han Kang recibió este jueves el Premio Nobel de literatura “por su intensa prosa poética que afronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”.
La noticia fue anunciada este jueves por la Real Academia Sueca de las Ciencias en el tradicional acto que se efectúa en su sede de Estocolmo.
Han Kang nació el 27 de noviembre de 1970 en Gwangju, Corea del Sur, y de niña se mudó con su familia a Seúl. Tiene un origen literario, ya que su padre, Han Seung-won, es un respetado escritor.
“En su obra, Han Kang confronta traumas históricos y conjuntos invisibles de reglas y, en cada una de sus obras, expone la fragilidad de la vida humana”, indica la Real Academia en relación a la escritora galardonada este jueves.
Kang es una de las escritoras más destacadas de la literatura surcoreana contemporánea y su obra abarca novelas, relatos cortos y poesía. Gracias a la misma, ya había ganado un amplio reconocimiento internacional por su capacidad para abordar temáticas como la violencia, el trauma y el cuerpo humano desde una prosa profundamente introspectiva.
Con la novela La vegetariana, que explora la resistencia al poder y la identidad personal, la escritora surcoreana había ganado previamente el Man Booker International Prize en 2016.
“Tiene una conciencia única de las conexiones entre el cuerpo y el alma, los vivos y los muertos, y en su estilo poético y experimental se ha convertido en una innovadora en la prosa contemporánea”, resaltó la Academia Sueca.
La ahora Premio Nobel de Literatura estudió Letras en la Universidad de Yonsei y trabajó durante algunos años como periodista para las revistas Publishing Journal y Samtoh, entre otras.
Desde muy temprana edad, Kang se sintió atraída por la poesía e inició su carrera literaria escribiendo poesía antes de adentrarse en la narrativa, que tuvo como eje la vulnerabilidad de sus personajes y su lucha por encontrar significado en un mundo hostil.
Obras fundamentales
‘La vegetariana’ (2007)
La vegetariana es la novela que lanzó a Han Kang al reconocimiento internacional. La obra narra la historia de Yeong-hye, una mujer aparentemente común que decide dejar de comer carne tras experimentar sueños perturbadores. Su decisión desencadena una serie de reacciones que exponen la violencia latente en su familia y la sociedad. La novela está estructurada en tres partes, cada una narrada desde la perspectiva de personas cercanas a la protagonista, lo que permite una visión multifacética del conflicto. La vegetariana aborda temas como el cuerpo, el poder, la resistencia y la identidad, cuestionando la relación entre la libertad individual y las normas sociales.
‘Actos humanos’ (2014)
Esta novela está ambientada en la Masacre de Gwangju, un levantamiento democrático que fue brutalmente reprimido en 1980. La obra se centra en un adolescente llamado Dong-ho y en las personas que lo rodean, mostrando el impacto de la represión y la violencia en sus vidas. Actos humanos explora la memoria del trauma colectivo y el dolor individual, examinando cómo los horrores de la historia afectan a las personas comunes. La estructura de la novela, que mezcla la perspectiva de distintos personajes, permite captar la magnitud del sufrimiento y la resiliencia de una sociedad herida.
‘Blanco’ (2016)
Blanco es una obra profundamente íntima en la que Han Kang reflexiona sobre la muerte de su hermana, quien falleció poco después de nacer. A través de una serie de viñetas que giran en torno al color blanco, la autora explora el luto, la pérdida y la relación con la pureza y la ausencia. La obra es más cercana a un libro de poesía o meditación que a una novela convencional, y su estilo fragmentario busca capturar la esencia efímera del dolor. Blanco es un ejemplo de cómo Han Kang utiliza el lenguaje poético para abordar temas emocionales complejos y explorar la conexión entre el arte y la vida.
‘La clase de griego’ (2011)
En La clase de griego, Han Kang narra la historia de una mujer que pierde la voz debido a una enfermedad, mientras asiste a clases de griego antiguo con la esperanza de recuperar su capacidad de expresión. La novela aborda la comunicación, el silencio y la incomunicación, además de reflexionar sobre la identidad y la fragilidad del cuerpo humano. La relación de la protagonista con el lenguaje y su lucha por encontrar un nuevo modo de comunicarse reflejan el interés de la autora por el poder y los límites de las palabras.