Producto de una caída en los haberes, un 30,8% de los jubilados argentinos no alcanzó a satisfacer sus necesidades básicas durante el primer semestre de este año, ubicándose así por debajo de la la línea de pobreza, según detalló un informe privado titulado “Perfiles de la pobreza. Propuestas para su abordaje en la Argentina reciente”, el cual fue realizado por especialistas en diferentes ramas de la Sociología.
El salto interanual de la medición es considerable: al cierre del primer semestre del 2023, 13,2% de los adultos mayores eran pobres, mientras que al cerrar junio de este año la cifra creció 17,6 puntos porcentuales, para afectar al 30,8% de la población comprendida dentro de este sector.
“Este dato muestra que uno de cada tres jubilados vive en condiciones de pobreza, y que en el último año más de medio millón de jubilados (542.000 personas) se sumaron a esta situación”, destacó el informe, que fue realizado por los sociólogos Eduardo Chávez Molina (Instituto Gino Germani, UBA y Universidad de Mar del Plata), José Rodríguez de la Fuente (Conicet e Instituto Gino Germani) y Mariana Sosa (Conicet).
“El dato -añadieron- debe entenderse en un contexto en el que distintos grupos de la población que hasta hace poco tiempo gozaban de cierto tipo de protección frente a la pobreza, como los asalariados formales y los jubilados, ahora están viendo empeorar sus condiciones de vida y se ven alcanzados por la pobreza”.
Pero, como su nombre lo indica, el informe no sólo analizó la pobreza en los adultos mayores, sino en toda la población. Otro dato alarmante que se desprende del estudio es que cada vez más trabajadores registrados tuvieron dificultades para adquirir productos y servicios básicos para su subsistencia.
En el primer semestre de este año, la pobreza alcanzó al 64,3% de los asalariados informales (en junio del año pasado era al 47,8%) y al 27,8% de los formales (contra un 16,4% en la primera mitad de 2023). Si bien la diferencia es de casi el doble, el estudio advierte que la misma se está reduciendo debido al deterioro de los salarios de los empleados registrados.
“En el último semestre los asalariados formales pobres crecieron un 50% (740.000 personas) y los informales pobres un 27% (513.000 personas). En comparación con el semestre anterior, se observa un significativo aumento de la pobreza tanto dentro de los asalariados formales (pasó de 18,1% a 27,8%) como dentro de los informales (pasó de 49,2% a 64,3%)”, aclaró el informe.
Al centrarse en los trabajadores según las horas en las que prestan servicios, el documento alertó que la pobreza en los subocupados -es decir, quienes trabajan menos horas de las necesarias o las deseadas- pasó de ser del 40,9% en 2016 a ser del 67,1% al cerrar el primer semestre del 2024.
En el caso de los trabajadores con ocupación plena, la pobreza saltó del 17,4% al 37,9% en los últimos ocho años; mientras que para los sobreocupados, el crecimiento fue del 20,2% al 44,4%. Esto demuestra que, bajo esta segmentación, todos los trabajadores perdieron poder adquisitivo.
La jubilación, en mínimos históricos
El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) indicó que, en diciembre, la jubilación mínima fue de $244.084, aunque, con la entrega del bono de $70.000, el haber subió a $326.651.
“Entre diciembre de 2023 y febrero de 2024 tuvo lugar una caída abrupta de los haberes jubilatorios y alcanzaron un mínimo histórico, comparable a los niveles de 2022. Hasta junio, los dos tipos de ingresos evidenciaron una recuperación, más marcada en los sin bono, para luego entrar en un período de amesetamiento que continúa hasta noviembre. Ambos se encuentran todavía por debajo de los haberes promedio del año pasado”, explicó el organismo.
