Tras muchas idas y vueltas, con varios días de indefiniciones y dilaciones por su desvinculación en Perú, finalmente Newell’s Old Boys pudo presentar oficialmente a Mariano Soso como su nuevo director técnico.
De estirpe leprosa, surgido de la casa, Soso tendrá la responsabilidad de levantar anímicamente y futbolísticamente a un plantel muy golpeado, que tuvo un año para el olvido, ya que no consiguió ningún objetivo planteado al comienzo del 2024. Es en esa actualidad que el joven entrenador deberá dar un golpe de timón urgente para empezar a enderezar el barco. Claro está, su desempeño recién podrá ser evaluado en 2025, cuando pueda armar su equipo.
En ese sentido, en sus primera palabras ante la prensa en el Centro de Entrenamiento Jorge Griffa, expresó: «Soy muy feliz por estar habitando este momento. He tenido oportunidades en otras temporadas, agradezco esa búsqueda. En esta ocasión, en un contexto atractivo, considero que hay argumentos para poder construir un equipo que represente al hincha, que pueda retomar la esencia de nuestra historia».
«Manifestamos el acuerdo de que, para poder construir eso, se necesitan de recursos para instrumentar esa renovación. Me vi movilizado, no puedo negar que es el paso más trascendente en mi carrera por lo que implica este club en mi historia», reconoció, ratificando su profundo amor por la institución de la cual es hincha.
«Me he criado acá, he aprendido valores en la escuela de Newell’s y continuado mi etapa formativa en Bella Vista. Me preparé en todo este tiempo para coincidir y esta es la oportunidad», agregó.
«Cuando un entrenador toma un proyecto en curso, difícilmente pueda tener el tiempo para desarrollar un modelo que permita construir una identidad de juego. Tenemos que tomar esta etapa como una plataforma para diagnosticar con precisión, agudizar ese análisis que externamente realizo, lo cual emerge de la interacción que se tiene con los futbolistas en lo diario», indicó sobre las metas inmediatas.
«Por eso, no voy a estar presente en el partido con Independiente, pero sí en las tres fechas que restan del torneo. Hemos tenido un análisis que acordamos con la estructura deportiva del club, en base a qué se necesita y con qué recursos contamos para instrumentar esa refundación», mencionó.
«En cada entrenamiento, uno va ir encontrando respuestas y eso va a facilitar la planificación de lo que va a ser la temporada 2025», apuntó de cara a como toma esta transición de cara al año que viene.
«El fútbol se ha direccionado hacia un lugar en el que los proyectos son insostenibles, es una palabra que ya está disuelta. El hincha y los componentes de este deporte esperan respuestas inmediatas. No hay que negar eso, sino intentar encontrar conductas en el equipo que modifiquen y tengan un impacto en resultados», opinó sobre el contexto del fútbol actual, tan voraz y despiadado con estructuras que requieren tiempo.
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«Para desarrollar una cultura de juego, un entrenador necesita tiempo. Eso no es un argumento para instalarse y perpetuarse en un trabajo, sino una plataforma de desarrollo, la cual estoy convencido que necesito», admitió, dando a entender que el pueblo leproso tendrá que tener paciencia con el proceso que comienza.
Para finalizar, también dio su parecer sobre la cantidad de entrenadores que pasaron por el club en el 2024, siendo el que más utilizó en el fútbol argentino: «No desconozco eso, marca inestabilidad, discontinuidad e intolerancia con procesos que no han dado frutos. Quiero modificar esa tendencia otorgando respuestas, valorando la cultura de trabajo, que eso se traduzca en un equipo que tenga una identidad determinada, que respete la historia del club y al hincha. El tiempo dirá la capacidad de sostener un proyecto y el nivel de convicción».
