El diputado Nacional de Encuentro Federal, Nicolás Massot, dijo estar asombrado por la iniciativa del oficialismo porque «unos días antes del ingreso del presupuesto se publicó el DNU 846, y cuando posteriormente leímos el presupuesto nos asombró el hecho de que su contenido estaba prácticamente replicado en el artículo 54 del presupuesto». Además, puntualizó de que manera la dinámica impuesta por la administración Milei entorpeció en su favor la labor que le correspondía al parlamento.
Ante esto, expresó:»claramente uno se preguntaba, ¿qué está pasando? ¿Tanta necesidad y urgencia de discutirlo en dos herramientas simultáneamente? o será acaso que como dijimos acabadas veces el gobierno nunca tuvo demasiado interés en consensuar y en legitimar su sendero fiscal, su sendero financiero y su plan cambiario que es lo que uno hace en un presupuesto«.
Y profundizó en observar que se puede sospechar que «lo que buscó con el decreto 846 fue precisamente garantizarse el artículo que más le importaba, que se entienda algo importante por lo menos de parte de nuestro bloque, nosotros estamos totalmente a favor del manejo de pasivos. Totalmente a favor, lo han hecho todos los gobiernos. Me imagino que Unión por la Patria también, porque en sus diferentes gobiernos también lo ha hecho».
«Argentina recurrentemente ha tenido que hacer gerenciamiento de pasivos. Entonces esta es una discusión similar a la de la anterior DNU que Diputados logró derogar, es lo que tenía que ver con los fondos reservados de la inteligencia.Yo no escuché a nadie decir que estábamos en contra de los fondos reservados per se», manifestó el legislador.
Y apuntó que de hecho, «vinieron en un presupuesto, aumentos considerables. Fue la partida que más creció de la Administración Central, 12 veces más que con el presupuesto de salud, por ejemplo, y ninguno de los dictámenes observó ese tema».
«De la misma manera, no creo que haya nadie discutiendo la necesidad de que un Poder Ejecutivo, con una deuda como la de la Argentina -que es el país que más dólares le debe al mundo- tenga alguna flexibilidad para gerenciar sus pasivos. Está muy bien. Y de hecho en el artículo 54 del presupuesto, al menos nuestro bloque, tenía una redacción alternativa que precisamente apuntaba a que una mayor flexibilidad -comprendiendo el contexto- no garantice una extrema discrecionalidad que pueda inclusive ocultar conflictos de intereses o simplemente incentivos de corto plazo electorales, que hagan que el pueblo argentino tome compromisos poco convenientes de deuda», expresó Massot.
Y seguidamente señaló cual es la importancia en el orden institucional de que se cumpla con la ley: «por el motivo mencionado es que la deuda tiene que pasar por Diputados. No porque uno esté absolutamente ni en contra de la toma de deuda, ni mucho menos de la deuda para proyectos, que es lo que la Argentina adolece, proyectos de infraestructura, que claramente deben financiarse con flujos futuros, ni que tampoco uno esté en contra de que los gobiernos gerencien pasivos y mejoren su perfil de deuda».
Massot fue taxativo al señalar de lo que están seguros desde su espacio «es estar en contra de esta dinámica que se ha instaurado y como no nos cansamos de repetir, no tiene antecedentes» se trata «de redefinir el esquema legislativo en seis pasos. A veces, lo discutimos con algunos colegas del bloque. Fíjense cómo ha tenido que funcionar esta Diputados, en vez de funcionar regularmente las comisiones y tener esporádicamente sesiones ordinarias, hemos tenido que, primero, convocar sesiones especiales para emplazar a las comisiones que se rehusaban a reunirse siquiera Una vez que lograbamos el emplazamiento había que juntar el quorum, de la comisión ir a buscar el dictamen, volver a pedir una sesión especial para sancionar ese dictamen para después esperar el veto del presidente que anticipó que iba a vetar cualquier iniciativa, sea cual sea, que no fuera de su agrado, y entonces volver a reunirnos una tercera vez en el recinto obligados a obtener una mayoría agravada, para entonces resistir los vetos».
Finalmente, señaló que «mientras todo eso pasaba con gran dificultad para legislar, el Poder Ejecutivo reformó por DNU más leyes que cualquier otro gobierno en la historia Argentina en un año. No caigamos en la truchada de decir cuántos decretos. ¿Por qué no miramos mejor cuántas leyes se han reformado por decreto? entonces esto tiene que ver con el fondo, pero tiene que ver sobre todo con legitimar un rumbo«.