La Real Academia Sueca de Ciencias otorgó el Premio Nobel de Física 2024 a John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton, los llamados “padrinos” de la inteligencia artificial, por sus “descubrimientos e invenciones fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales”.
Hopfield creó una red neuronal artificial para almacenar y recuperar memoria por asociación, lo que permite, por ejemplo, almacenar y reconstruir imágenes y otros tipos de patrones en los datos e información. Por su parte, Hinton inventó un algoritmo “de la retropropagación del error”, que permite que las redes neuronales artificiales “aprendan” a partir de experiencias en forma muy similar a la forma en que aprendemos los humanos y los animales. Estas contribuciones fueron claves para diseñar las grandes redes neuronales artificiales que se utilizan actualmente.
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“Me parece excelente que los hayan premiado”, indica Gabriel Mindlin, científico del Conicet en el Instituto de Física de Buenos Aires (IFIBA, Conicet-UBA), que incorporó las herramientas de trabajo diseñadas por los Premios Nobel para estudiar a las aves individuales a través de sus vocalizaciones para monitorear poblaciones amenazadas
“Tanto en sus aspectos beneficiosos como en sus aspectos más amenazantes, la teoría de redes está produciendo un cambio en la humanidad de proporciones colosales, y fueron las contribuciones de estos dos científicos los que crearon los pilares de esta nueva revolución conceptual que estamos viviendo”, advierte.
Mindlin asegura que Hopfield diseño un dispositivo conceptual -las “redes neuronales”- capaces de expresar comportamientos interesantes emergentes, y Hinton logró entrenar a esas redes a partir de ejemplos para resolver problemas complejos, abriendo un nuevo modo de hacer ciencia. “Con sus luces y sus sombras, lo que hicieron fue un cambio conceptual respecto de cómo pretendíamos operar sobre el mundo desde la filosofía griega a esta parte”Francisco Tamarit, investigador del Instituto de Física Enrique Gaviola (IFEG), el premio es “un acto de justicia, porque Hopfield es quien dio el puntapié para el auge de las redes neuronales que estamos viviendo hoy, quien tuvo la primera idea de esta revolución”.
Para Francisco Tamarit, investigador del Instituto de Física Enrique Gaviola (IFEG), el premio es “un acto de justicia, porque Hopfield es quien dio el puntapié para el auge de las redes neuronales que estamos viviendo hoy, quien tuvo la primera idea de esta revolución”. Apenas se recibió de físico en 1987, había comenzado a trabajar con el modelo de redes neuronales publicados por Hopfield en 1982. “Yo siempre digo en mis conferencias y cursos, que sin dudas todo lo que tenemos hoy en inteligencia artificial se lo debemos a él, porque nos sacó del llamado invierno de la inteligencia artificial, donde se habían estancado las investigaciones en la materia”, dice el científico.
“Hopfield trabajaba en el modelado de vidrios, y se dio cuenta, en 1982, que estos materiales tan baratos y comunes podían llevarlo a modelar un cerebro humano para almacenar memoria, como almacenan los animales. Su trabajo quedó escondido hasta que otros científicos italianos e israelitas lo retomaron en el año 1985. No descubrió algo, lo inventó. Y sus ideas, como las de Hinton, son las que ahora usamos en todas las redes neuronales artificiales que dan lugar a la inteligencia artificial más sofisticada, como la que vemos por ejemplo en el Chat GPT”, finalizó Tamarit.