Antes de salir a la ruta y no pasar contratiempos que los dejen varados a mitad de camino es importante hacerle un mantenimiento preventivo al auto para evitar accidentes de tránsito y fomentar la seguridad vial. Un detalle a tener en cuenta, controlar el nivel de aceite del auto debido que el motor es el corazón del auto y si existe una faltante de aceite puede llegar a fundirse. También, hay que revisar el nivel de agua del radiador, entre otros mantenimiento preventivo.
Roberto Falkenstein, consultor de Tecnologías Innovadoras de Pirelli para América Latina explica “es responsabilidad de todo conductor asegurarse de que su vehículo funciona correctamente. El mantenimiento preventivo no sólo aumenta la seguridad en las rutas, sino que también prolonga la vida útil del vehículo y ahorra dinero a largo plazo”.
Neumáticos: es esencial comprobar regularmente la presión de los neumáticos, de acuerdo con el manual del vehículo, y sustituirlos cuando estén gastados. Los neumáticos desgastados reducen la adherencia a la carretera y aumentan el riesgo de derrape, especialmente con lluvia. Controlar el desgaste y la presión de cada cubierta, incluyendo la rueda de auxilio. Todos los neumáticos deben estar en perfecto estado antes de salir a la ruta. Se debe prestar especial atención a las marcas TWI (El TWI o Tread Wear Indicator es el indicador de desgaste de la banda de rodaje),para su correcto desempeño.
Sistema de dirección y suspensión: un sistema de dirección y suspensión en buen estado es crucial para mantener el vehículo bajo control. Cualquier problema con estos sistemas debe solucionarse inmediatamente. Además de causar un desgaste prematuro de los neumáticos, puede provocar su mal funcionamiento, lo que puede ocasionar accidentes. Por este motivo, se recomienda realizar la alineación y balanceo cada 10.000 km.
Frenos: los frenos deben revisarse y sustituirse cuando sea necesario. Unos frenos desgastados aumentan considerablemente las posibilidades de sufrir un accidente.
Amortiguadores: recomiendan cambiarlos de a pares cada 60.000 km para un correcto funcionamiento y así controlar los movimientos de la suspensión, los fuelles y el resorte, que resultan vitales para una conducción segura.
También, es importante revisar el estado de la batería, aire acondicionado, escobillas y los fluidos. Además, controlar el líquido anticongelante, de frenos, de dirección y el agua del limpiaparabrisas (con jabón específico).
