Por Daniel Caran
Repetidamente venimos comentando sobre el irascible estado del mandamás mercedeño luego de su fracaso por la re-re.
A tal punto llega su enojo que, vaya casualidad (mitad en broma, mitad en serio), inauguró en las últimas horas una academia de boxeo, dando muestras de concretas de su humor.
Ironía mediante, la notable agresividad en aumento (hasta ahora solo con las palabras y actitudes) parecen tener efecto contagioso entre los laderos más cercanos al Gobernador.
A sabiendas de la historia que se viene, con poco hilo en el carretel para dar órdenes a diestra y siniestra, algunos empezaron a subir el tono hasta niveles insospechados, y siempre apuntando a rivales que dicen minimizar, pero en la práctica parecen temibles, solo en el reconocimiento de tal protagonismo.
El caso del todopoderoso Vaz Torres parece más que gráfico: ya no sabe con quién pelearse en nombre de su jefe y apuesta fuerte en la contienda hasta llamando a debates públicos de efectos mediáticos más relacionados con la farándula que con las cosas serias.
En las últimas horas, al abrir sobres de algunas obras que pretenden construirse en la zona de La Olla, dijo que “el responsable de que se hayan parado las obras en su momento fue el por entonces intendente Camau Espínola, se ocupó de obstruir el fondeo, por ejemplo para llevar adelante la mitigación de la laguna que teníamos allí”.
Y fue allí cuando Vaz Torres realizó un desafío público al ex intendente “hablando en términos de opinión pública lo desafío a que venga al Ministerio de Hacienda y si quiere frente a la prensa, vamos a puntear cada una de las cosas que dijo" y agregó " yo resisto el archivo, él no”.
Con mucho de pendenciero y perdiendo los estribos más allá de lo normal, Vaz Torres sigue los pasos de su jefe político.
Es que parece que la frialdad del café empieza a notarse en todas las oficinas públicas del Gobierno Provincial, y entonces al menos hay que ‘sacar el chicote’ para recordar quien manda… al menos por ahora.