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Opinión del Director

A ver si se animan

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Crédito: 4982
Daniel Caran

Por Daniel Caran

El drama como evidencia común y determinante de la malicia humana.

 

La muerte en la dimensión exacta, y la mediocridad social que posiciona a las personas respecto a quien o quienes la merecen por sobre otros.

 

¿Es posible vivir tanta inmundicia junta?. Sí, cuando nos creemos dueños de la vida y ‘rankeamos’ merecimientos.

 

Entonces, se criminalizan las caras, las vestimentas, los barrios, las posturas.

 

En Corrientes, toda esa mugre se junta –cada tanto- por la inmoralidad de cierto sector policial (unos pocos) que siguen enquistados en la fuerza creyéndose semidioses en ésta tierra de nadie.

 

Porque nadie los culpa de manera directa de la dudosa muerte de un joven en una celda de la Comisaría Séptima, pero por lo menos llama la atención que no haya habido una explicación rápida y urgente ante la tragedia.

 

David, el chico muerto, tenía serios problemas con la Justicia y vivió el infierno de la droga. Todo junto. Pero eso no determina un certificado de muerte directa a la primera de cambio. No.

Pero la idiotez humana lo llevó a un lugar donde, qué casualidad, no es la primera vez que muere alguien en extrañas circunstancias.

 

"A mi hijo la Policía ya se lo sacó de encima, murió dentro de la Comisaría y no tirado en la calle", dijo entre llantos su madre, María Yolanda, viviendo el calvario de no tener explicaciones y a sabiendas de que difícilmente las tendrá… Total, David era un delincuente.

 

El chico entró a la celda con unas zapatillas con abrojos… y murió ahorcado con unos cordones.

 

Alguien debe explicarlo. Urgente. A ver si se animan

 

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