Por Daniel Caran
La tecnología nos supera casi a diario, y lo que hace un tiempo nos parecía ‘de película’ hoy pasa a ser un instrumento común y corriente.
Donde más se nota éste cambio de paradigma es con internet y sus múltiples utilidades.
Y como en todo hay un pero, estos nuevos elementos que no son más que herramientas para facilitarnos la vida, suelen transformarse en peligrosas armas en manos de irresponsables.
Pasa en cuestiones diarias y comunes en las distintas redes sociales, pero se aumentan en demasía cuando la situación roza la indignación absoluta al tratarse de urgencias o algo parecido.
Por estos días, con el mal del agua acechando nuestras poblaciones, las cadenas de mensajes, whatsapp u otra vía alternativa, se convirtieron en virtuales amenazas a la tranquilidad de la población.
En Goya, por caso, aparecieron de la nada los mensajes alarmistas que se emitieron en algunos medios y en cadena de whatsapp, cuando caía la lluvia el pasado 23 de diciembre, y hasta hablaban de una “evacuación masiva a la madrugada, previa utilización de una alarma para evacuar toda la ciudad”.
La población en general entró en estado de pánico, ya que el clima se presentaba como acorde para tan drástica situación. Todo fue un burdo operativo instrumentado por no se sabe qué irresponsable.
Tanta insensatez derivó que el Concejo Deliberante goyano expresara oficialmente que la única voz autorizada para hablar es la del titular de la Junta de Defensa Civil, el Intendente Gerardo Bassi.
Similar situación se vivió con la situación generada con el vertedero –basurero- Cateura, en cercanías de Asunción del Paraguay. Los agoreros de turno hablaron de una contaminación masiva del Paraná, con las directas consecuencias que ello tendría en Corrientes.
En síntesis, un llamado a la responsabilidad. Es el desafío que nos plantea la inusitada carrera tecnológica que vivimos.