Por Daniel Caran
Audios, fotos, videos, testimonios creíbles y de los otros.
En los últimos días aparecieron un sinnúmero de denuncias (en todos los medios) sobre intentos de raptos en distintos puntos de la ciudad. Y hasta dan precisiones: una combi blanca, hombres de tez morocha, con tonada colombiana.
Lo que empezó siendo una especie de alerta colectiva empezó a convertirse en un elemento de psicosis que inevitablemente debe tener su tratamiento mediático para aclarar las cosas o en todo caso para probar que todo es un invento.
Una sola realidad incontrastable: si hay una intención (vaya a saber de quién, o de quienes) de originar una psicosis generalizada en la gente el objetivo se logró, y con creces.
Ahí entonces entran a mellar otros elementos que bien se podría tener en cuenta en ésta circunstancia al menos llamativa. Ni siquiera la cuestión política debería dejarse de lado, caída la reforma que hubiera permitido la re-re y el enojo policial creciente que viene gestándose desde hace varias semanas.
Los datos cruzados complican más la cosa: el mismísimo ministro Horacio Ortega aclaró por todos los medios que no hay certeza de una particular situación de intento de rapto o secuestro… pero –de acuerdo a datos enviados por algunos policías- en las últimas horas se envió una circular interna donde se insta a extremar los cuidados para evitar momentos indeseables a nivel social.
Todo esto lleva a considerar que debería ser lógico y prudente una expresión del Gobierno (a través de sus organismos específicos) respecto al tema.
La psicosis está instalada y cuesta explicar a la gente común que acá bien puede haber intencionalidad política.
Pero, en tierras correntinas, se puede esperar cualquier cosa.
