Por Augusto Reina
La renuncia de Joe Biden generó un fuerte impacto a pocos meses de la elección. Kamala Harris se subió rápidamente al ring para enfrentar a Donald Trump.
1.¿Lo que vimos es único?
Absolutamente, es un evento sin precedente histórico. El único caso comparable es el de Lyndon Johnson, quien se retiró en marzo del año electoral, 7 meses antes de lo que estamos viendo ahora.
2. ¿La renuncia fue una sorpresa?
Sí y no. Por un lado, la renuncia fue inesperada para muchos, ya que la decisión se tomó en presencia de unos pocos: algunos familiares de Biden y sus asesores principales. Posteriormente, el anuncio se subió a las redes sociales y se comunicó a gran parte del equipo estratégico de gobierno y de campaña. Nada de esto estaba previsto, ni las respuestas posteriores de los referentes del Partido Demócrata ni de la Convención Nacional Democrática.
Por otro lado, hacía varias semanas, quizás un par de meses, que se especulaba con la posibilidad de que Joe Biden se retirara. Solo a la luz de esa especulación puede entenderse que se adelantaran los debates presidenciales a junio, eventos que normalmente suceden varios meses después. Se empezó a evaluar, o al menos a especular, que si Biden tenía una mala performance en el debate, podría reconsiderar su candidatura. Previo a la renuncia de Biden, los estudios mostraban una caída en su imagen y una disminución en las donaciones. Era posible ver un ocaso.
3. ¿Kamala Harris tiene ventaja?
Interna si. Externa no. Kamala Harris parte con una ventaja política significativa dado el respaldo del presidente. Esto le otorga también una ventaja partidaria, ya que los delegados para la Convención Demócrata son esencialmente partidarios de Biden. Aunque hay otros contendientes interesados, es poco probable que enfrente una disputa fuerte por el liderazgo del partido. Kamala Harris también cuenta con una ventaja logística y legal. A esta altura, ella es parte de la organización que respalda a Biden como candidato a presidente y, como tal, la heredera natural de esa organización política construida para competir por la presidencia de la nación. Es bastante probable que los respaldos financieros y económicos que tenía Biden se dirijan ahora hacia la candidatura de Harris. Esto le confiere una ventaja económica significativa, especialmente estando tan cercanos a la elección.
Trump dijo que Biden "no era apto para postularse a la presidencia" y que Harris será más fácil de derrotar
4. ¿Qué seguir ahora?
La clave está en observar los respaldos que reciba Kamala Harris, especialmente de los principales referentes del partido. La selección del vicepresidente es crucial y probablemente ocurra antes de la Convención Demócrata. Esta elección podría ser una estrategia de negociación interna para asegurar la retirada de otros candidatos potenciales. La gran incógnita es quién será el elegido y cómo influirá en la campaña.
La literatura académica norteamericana es muy clara respecto a los efectos de las campañas electorales en Estados Unidos. Hay dos eventos aislados que son los que mayor impacto pueden tener en el ciclo electoral. Uno ya pasó, que son los debates presidenciales. El segundo está próximo por venir, que son las convenciones. Los republicanos ya tuvieron su convención y Trump quedó nominado. Solo queda la cancha para el Partido Demócrata, que tiene la convención en poco menos de un mes.
5. ¿Qué dicen los estudios de opinión pública?
Trump mantiene la primacía. La favorabilidad de Harris es ligeramente superior a la de Biden, aunque también ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos 45 días. La mayoría de los estudios indicaban que Harris contra Trump era una contienda igualmente competitiva que Biden contra Trump. Sin embargo, Harris se encuentra por debajo de Trump en las encuestas. Es crucial observar cómo evolucionan las tendencias de la opinión pública y la performance de los demócratas en los estados clave para construir una coalición que asegure una mayoría en el colegio electoral.
La elección norteamericana está en un punto crítico. La renuncia de Biden abre el camino a Kamala Harris, quien debe consolidar apoyos, seleccionar un vicepresidente estratégico y mejorar su rendimiento en los estados clave, todo eso en 60 días. Las próximas semanas serán determinantes para definir el rumbo de la campaña demócrata en una contienda altamente competitiva contra Donald Trump.