Por Guillermo Lavecchia
Las enfermedades de transmisión como sífilis, gonorrea, VIH y Virus de Papiloma Humano (VPH) siguen en aumento; especialmente, entre adolescentes y jóvenes. Apenas el 14% admite usar preservativo en todas sus relaciones sexuales. Mientras, el Ministerio de Salud desmantela el área de VIH y Sida.
Cada 13 de febrero se conmemora el Día Mundial del Preservativo para promover su uso, evitar embarazos no planificados y prevenir el contagio de Infecciones de Transmisión Sexual – ITS (VIH-SIDA, sífilis, virus del papiloma humano, herpes, clamidiasis y gonorrea, entre otras). En tiempos «libertarios» en los que se promueve un discurso de falta de controles, de regulaciones, de campañas de concientización, donde solo importa el «yo» a cualquier costo, fomentar y adquirir el uso del preservativo se vuelve esencial. Sobre todo en un contexto crítico: apenas el 14% afirma utilizarlo.
“El preservativo iene una doble función ya que ayuda a evitar un embarazo no deseado, también colabora a protegerse del contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Los datos son alarmantes ya que según información de la AHF Argentina (organización que trabaja en prevención, detección y tratamiento de VIH y sida) sólo el 14,5% de la población utiliza preservativo en todas sus relaciones sexuales y se estima que en el país 139.000 personas conviven con el “VIH”, enfatiza Silvina Valente jefa del Sexologia Clinica del Hospital de Clinicas.
Afirma que el mensaje tiene que ser diario, en todos los ámbitos donde las personas se mueven, para generar hábitos y sostenerlo: «educar sobre anticoncepción y la prevención de las enfermedades sexuales es parte de educar sobre el cuidado de uno mismo y se deben introducir como hábitos, desprovistos de erotismo y carga moral”.
El preservativo, tan efectivo como poco utilizado
La situación es peor en las adolescencias y primeras juventudes. Según datos de una encuesta realizada por AHF Argentina, “el 5% de los adolescentes y el 13% de los jóvenes afirmaron usar siempre el preservativo”. sostiene Valente.
Los datos demuestran que los preservativos masculinos de látex, si se utilizan de forma sistemática, tienen un efecto protector del 85% o más contra la infección por el VIH y otras ITS. Actualmente se observa un crecimiento de casos de algunas de ellas, y también del embarazo adolescente.
“Si el preservativo se emplea correctamente cada vez que se tiene una relación sexual, el riesgo de embarazo es más o menos de 3 por cada 100 veces. Sin embargo, hay un riesgo mayor de embarazo si uno no usa correctamente durante la relación sexual. Se rompe o se rasga durante el uso de forma inapropiada usando lubricantes que no son al agua como se recomienda”, asegura la especialista.
Y completa: “los preservativos son, en su mayoría, condones de látex de caucho natural, aunque también se ha añadido una alternativa para personas alérgicas a esta sustancia, un preservativo sintético (Durex Real feel, con polyisoprene). Antes de desenrrollarlo y una vez que está apoyado sobre el pene erecto, se recomienda apretar la punta para sacar el aire. Esto evitará que se derrame semen. Todos los preservativos, independientemente de su calidad, en tanto y en tanto no estén vencidos y haya algo de aire en el empaque (quiere decir que no fue sometido al exceso de calor) son efectivos”, sostiene la especialista.
Preservativo femenino y campo de látex
“El preservativo femenino, distinto del campo de látex, es un dispositivo de látex que se coloca en la vagina de la mujer y en su parte exterior, cubre toda la vulva. Este preservativo le da autonomía a las mujeres, ya que ellas deciden colocarlo, independientemente de la decisión de su pareja”, comenta Valente.
El campo de látex, por otro lado, se puede fabricar a partir de un preservativo tradicional: «para hacerlo, se desenvuelve el preservativo, se corta el aro de la base y luego se corta de manera vertical, a lo largo. Así se obtiene un cuadrado de látex que se puede usar para protegerse durante el sexo oral en la vulva o el ano”.
El beneficio del campo de latex es protegerse de infecciones de transmisión sexual cuando se practica el sexo oral en la vagina o en el ano. «Siempre que se use correctamente es tan eficaz como el preservativo tradicional”, sostiene Valente.
Y añade: “nuestra gran deuda en el campo de la prevencion de ETS es en las relaciones sexuales genitales de mujeres con mujeres. Es acá donde deberíamos tener otras opciones de medidas eficientes y cómodas”.
Aumentan los casos de sífilis
En Argentina, como en muchos otros lugares del mundo, los casos de sífilis se multiplican y alcanzan números preocupantes. Los datos oficiales, elaborados por el Ministerio de Salud y difundidos esta semana, alertan que las personas que se contagiaron esta infección de transmisión sexual aumentaron un 42% en seis años. En 2023 se detectaron 32.293 nuevos casos y para 2024 los expertos preveían cifras similares, el máximo registrado en las últimas tres décadas. El principal motivo detrás de la reaparición de una afección que en algún momento se creyó erradicada sería el declive del uso del preservativo.
“La sífilis continúa siendo un importante y creciente problema de salud pública”, advirtió hace unosmeses el Boletín Epidemiológico Nacional. “Las notificaciones de sífilis a nivel país y por regiones presentan una tendencia al ascenso en los últimos años. Las poblaciones más afectadas son las personas entre 15 y 34 años”, detalla.
La curva de contagios viene subiendo en Argentina desde 2010, cuando se registraron menos de 5.000 personas enfermas, tal como había ocurrido anualmente entre 1994 y 2001. En los últimos 15 años, la sífilis no paró de crecer, salvo durante la pandemia, en 2020 y 2021.
Mientras la incidencia en 2018 fue de 51 casos cada 100.000 habitantes, en 2023 fue de 69. La franja etaria con mayor tasaes la que incluye a personas de entre 20 y 24 años, con 219 casos cada 100.000. Luego siguen los grupos de 25 a 29 años (tasa de 185) y de 30 a 34 años (126). Son más las mujeres afectadas (55,4%) entre los 15 y los 39 años; por encima de los 50 es mayor el número de hombres.
“Cuando la mencionamos en el consultorio la gente dice ‘¿la sífilis sigue existiendo?’ ¡Sí! Vemos tres o cuatro casos por semana en el servicio. Hay falta de concientización y de percepción de riesgo. Por eso la importancia de campañas de educación que lleguen a los grupos más vulnerables. Esto seguramente va a empeorar”.
Así describe el panorama Elena Obieta, jefa de infectología del Hospital de Boulogne y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), para dar cuenta de esta problemática global que también se da en Argentina, causada por la bacteria Treponema pallidum, que tiene cura y no presenta complicaciones si se detecta de forma temprana, pero implica serios riesgos si se enfrenta tardíamente. Sobre todo, para embarazadas y bebés.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentado en mayo advirtió que los nuevos casos de sífilis entre adultos de 15 a 49 años aumentaron 30% entre 2020 y 2022 en las Américas. En Argentina, durante el periodo 2018-2022 se notificaron al sistema nacional de vigilancia un total de 97.336 casos de sífilis en población general. Según el Boletín Epidemiológico Nacional 679 de 2023, que incluye un informe especial sobre sífilis, la última tasa registrada fue de 57.7 casos por cada 100 mil habitantes, por encima de los 56,3 de 2019.
Sífilis y embarazo
“La suba de casos se da no solo en Argentina y obedece a muchos factores. En primerísimo lugar, la pérdida de percepción del riesgo. Y luego seguramente la escasez de información y campañas”, analizó Obieta en diálogo con Tiempo. “El panorama hoy en el país y en todo el mundo es muy desalentador: incremento no solo de la sífilis, de la gonorrea, de todas las infecciones sexualmente transmisibles. Con varios agravantes: la falta de percepción de riesgo y la falta de alerta en los sistemas y efectores de salud. Hay un montón de subnotificación para una enfermedad que es de notificación obligatoria”, acotó.
Uno de los aspectos más graves de este aumento tiene que ver con la transmisión durante el embarazo:“las cifras de sífilis congénita en Argentina son cuatro veces más altas de lo mínimamente recomendable por la OMS”.
Gabriela Piovano, médica infectóloga y terapista intensivista del Hospital Muñiz, también destacó que la principal alarma de una enfermedad sin tratamiento y sin diagnóstico es durante el embarazo: “Una sífilis activa sin tratamiento da posibilidad de que la persona aborte o que el producto de la gestación nazca con malformaciones graves, neurológicas o cardiológicas”.
Educación y testeos
“La educación sexual integral en las escuelas es fundamental. Preparar a docentes y familias. Esto en la población que recién empieza a ser sexualmente activa. Pero al abuelo también hay que hablarle. Deberíamos tener una estrategia global para el sector de educación-salud- seguridad como para intervenir tratando de poder informar y estimular los estudios”, propuso Piovano.
La infectóloga apuntó además sobre un factor a tener en cuenta para entender el aumento de casos: la cantidad de población sexualmente activa. “No solo chicos cada vez de menor edad tienen relaciones, sino también adultos mayores hace décadas extendieron su posibilidad de mantener relaciones sexuales y eso aumentó la circulación de la infección. No solo en sectores económicamente desfavorecidos sino en todos los sectores de la escala social y etárea”.
Promover el uso del preservativo y los testeos (gratuitos en el sistema público) son claves para evitar el avance de los contagios. “Lo que hace falta para intentar mitigar un poco el resurgimiento de casos es acceso a una educación clara. Y disponibilidad de preservativos. Llegar a los jóvenes y a los adultos mayores, que son los que más sífilis tienen y los menos alcanzados en términos de testeos y campañas de prevención”, insistió Obieta.
En un contexto de Estado ausente –también para cuestiones sanitarias, como ocurrió durante la epidemia de dengue- Piovano advirtió: “Sin dudas, el hecho de que el Estado se retire de estas políticas va a impactar en un aumento de los casos”.
Desmantelan el área de VIH
En este contexto, a fines de enero el Ministerio de Salud celebró la reducción de 1400 puestos de trabajo dentro de la cartera, con despidos en áreas clave: la no renovación de contratos afecta al 40% del personal de la Dirección de VIH y al 30% de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DICEI). Se trata del sector a cargo de los planes de vacunación a nivel nacional, en un contexto en el que la caída en las coberturas de inoculación y los riesgos que ello implica es una preocupación a escala global.
“Esto afecta gravemente la capacidad y alcance de ambas (direcciones). Exigimos que se informe cómo se va a garantizar su funcionamiento. Hablamos de la salud de millones de personas”, advirtió a través de su cuenta de X la Fundación Huésped, que trabaja desde 1989 por los derechos de personas con VIH/sida y otras enfermedades transmisibles, así como en salud sexual y reproductiva.
“En un contexto donde los diagnósticos de VIH y Tuberculosis no dejan de aumentar y las Hepatitis virales continúan siendo prevalentes, el desmantelamiento de las direcciones y la eliminación de las coordinaciones que desarrollan políticas públicas para la salud resulta criminal”, denunció el Frente VIH, Hepatitis y Tuberculosis, tras conocerse la reducción del 40% del personal de la Dirección de VIH.
“Estas reparticiones no solo se encargaban de adquirir y distribuir los medicamentos y tratamientos para las personas en todo el país; de planificar y ejecutar acciones de prevención, sino que también realizaban estimaciones y estudios sobre las poblaciones más vulnerables, lo que permitía diseñar estrategias efectivas de intervención”, advirtió el colectivo, a través de un comunicado. Y alertó que “los despidos masivos dejan sin capacidad al Ministerio para dar respuesta a las enfermedades”.
El mensaje apuntó además contra la versión del Gobierno Nacional de que estas cuestiones atañen a las provincias: “La responsabilidad, por disposición de la ley 27.675, de garantizar la provisión de medicamentos e insumos a toda la población es del Gobierno Nacional. La pretendida delegación de este rol a las provincias atenta contra la óptima utilización de los recursos públicos que deberían estar disponibles para atender las necesidades de la comunidad”.
Estos despidos se suman a la eliminación de coordinaciones específicas sobre el tema, como la de Tuberculosis y Lepra. “Más allá de que algunas personas creen que la tuberculosis no está más, está aumentando y no solo en nuestro país. Si la gente abandona el tratamiento el bacilo se va a hacer resistente. Argentina aún no tiene mucha tuberculosis multirresistente. Perú y Bolivia, sí. Si eso avanza acá, estamos en el horno. ¿Quién va a estar atento a eso ahora? ¿Solo una persona a cargo para cuatro patologías?”, cuestionó al respecto Nancy Ballestin, del Observatorio Tuberculosis Argentina.
En 2023 se registraron en la Argentina unos 13 mil diagnósticos de tuberculosis. En 2024, más de 15 mil.