Por Alok Sharma
En noviembre, el Reino Unido dará la bienvenida a los países del mundo en Glasgow para la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP26. Esta es nuestra oportunidad de encaminar al mundo para combatir la enorme amenaza del cambio climático, construyendo un futuro más limpio y brillante para todas las personas.
Sabemos lo que tenemos que hacer porque ya hemos acordado los objetivos. En 2015, el mundo firmó el Acuerdo de París, un tratado internacional para abordar la crisis climática. Ese Acuerdo nos compromete a limitar los aumentos de temperatura global muy por debajo de los dos grados, apuntando a 1,5 grados, porque la ciencia nos dice que evitaría los peores efectos del cambio climático.
Cada fracción de grado marca la diferencia. Un aumento promedio de la temperatura global de dos grados, en comparación con 1,5, haría que cientos de millones de personas más se vieran afectadas, y el doble de plantas y tres veces más especies de insectos perderían vastas extensiones de su hábitat.
Sin embargo, desde que se estableció el objetivo de 1,5 grados, el mundo no ha hecho lo suficiente y nuestro planeta se está calentando. En mi papel como presidente designado de la COP26 he sido testigo de primera mano del impacto: el derretimiento de los glaciares, la degradación de los cultivos y los pobladores obligados a abandonar sus hogares. Si continuamos tal y como estamos, estos efectos empeorarán y se acelerarán.
El Climate Action Tracker estima que si los países cumplen con sus objetivos de reducción de emisiones, estamos en camino de incrementos de temperatura promedio de 2,4 grados. Este es un avance comparado con sus estimaciones del año pasado, sin embargo aún queda mucho camino por recorrer. Para limitar el calentamiento a 1,5 grados debemos reducir a la mitad las emisiones globales para 2030. Así que esta es la década decisiva.
Debemos actuar ahora con el fin de realizar un esfuerzo consistente y coordinado para reducir las emisiones durante los próximos diez años. Y aprovechar la recuperación de Covid-19 para reimaginar nuestras economías construyendo un mejor futuro, uno con empleos verdes y aire más limpio, con más prosperidad sin dañar el planeta.
Esto es lo que hace que la próxima conferencia sobre cambio climático de las Naciones Unidas en Glasgow, COP26, sea tan crucial. Debe ser el momento en el que todos los países y todos los sectores de la sociedad asuman su responsabilidad de proteger nuestro planeta y mantener vivo el objetivo de 1,5 grados. Y tenemos un plan claro para lograrlo.
Como presidente designado de la COP26, junto con el primer ministro de Reino Unido, los compañeros ministros y toda la red diplomática británica, estoy impulsando la acción en torno a cuatro objetivos clave.
Primero, debemos poner al mundo en la ruta de la reducción de emisiones hasta que se alcancen las cero emisiones netas a mediados del presente siglo. Esto es imperativo para mantener 1,5 grados a nuestro alcance. Por tanto, necesitamos que los países presenten objetivos claros para reducir las emisiones. Esto significa objetivos de reducción de emisiones a corto plazo para 2030 consistentes con cero emisiones netas hacia mediados de siglo. Y estos objetivos deben basarse en la ciencia, de modo que las cero emisiones netas no sean solo una aspiración vaga, sino un plan concreto.
También necesitamos ver acción en los sectores que más contaminan. Si hablamos en serio acerca del objetivo de 1,5 grados, Glasgow debe ser la COP que envíe la energía del carbón a la historia, pida un respiro a la deforestación y marque el fin de los vehículos contaminantes. Para ello estamos trabajando con los gobiernos y a través de organizaciones internacionales con el fin de suspender el financiamiento internacional del carbón, una de mis prioridades personales. Instamos a los países a que abandonen la energía del carbón, en tanto estamos trabajando con los países en desarrollo para apoyar su transición a la energía limpia.
Estamos viendo un progreso real. Recientemente copresidí la reunión de ministros de Cambio Climático y Medio Ambiente del G7 y comprometí a las naciones del G7 a poner fin a todo nuevo apoyo gubernamental directo a la energía generada por carbón para fines de 2021. Y los ministros acordaron pasar del carbón sucio a nivel nacional a un sistema de energía primordialmente descarbonizado en la década de 2030.
Nuestro segundo objetivo es proteger a las personas y la naturaleza de los peores efectos del cambio climático. La crisis climática ya está aquí y debemos actuar sobre la necesidad real de contar con sistemas contra inundaciones y de alerta, así como otros esfuerzos vitales para minimizar, evitar y enfrentar las pérdidas y los daños causados por el cambio climático.
Nuestro tercer objetivo es el financiamiento, sin el cual la tarea que tenemos por delante es casi imposible. Los países desarrollados deben entregar los 100.000 millones de dólares al año que prometieron para apoyar a los países en desarrollo. El Reino Unido está predicando con el ejemplo, habiendo comprometido 11.600 millones de libras esterlinas entre 2021 y 2025. Y necesitamos que todos los países desarrollados den un paso al frente. Es cuestión de confianza.
También debemos facilitar el acceso al financiamiento y aumentar las sumas disponibles para proteger a las personas y la naturaleza. En marzo, reuní a ministros de 50 gobiernos e instituciones internacionales para abordar estos temas y hoy estamos enfocados en cumplir los compromisos asumidos en esa reunión.
Cuarto, debemos trabajar juntos para lograr estos objetivos. Eso incluye la construcción de consensos entre los gobiernos para que las negociaciones en Glasgow sean un éxito, además de hacer que las empresas y la sociedad civil se unan a nuestros objetivos de la COP26 y fomentar la colaboración internacional en sectores cruciales.
Hago un llamado a todos los países para que redoblen sus esfuerzos con el fin de lograr estos objetivos porque la COP26 es nuestra última esperanza de mantener viva la meta de 1,5 grados, nuestra mejor oportunidad de construir un futuro mejor, un futuro de empleos verdes y aire más limpio.
La Argentina ha dado pasos muy importantes, aumentado su compromiso de reducción de emisiones para el año 2030. Es clave avanzar juntos en la implementación de estas medidas y mejorar la resiliencia de los sistemas con un claro horizonte hacia las cero emisiones netas para 2050.
Este es nuestro momento. No hay segundas oportunidades. Aprovechémoslo juntos.
Alok Sharma es presidente designado de la COP26.