Por Felipe Pigna
Carlos Monzón nació en una barriada muy pobre de la localidad de San Javier, provincia de Santa Fe, el 7 de agosto de 1942, al final de la Década Infame y en los albores del peronismo, que a partir de 1946 comenzaría a cambiar el paisaje social de la Argentina. Los Monzón se mudaron a Santa Fe en busca de trabajo y se asentaron en el popular barrio de Barranquitas. Desde muy chico “se buscó la vida” en lo que se podía: fue lustrabotas, albañil, canillita, sodero y lechero.
Empezó a apasionarse por el boxeo y comenzó a practicarlo a fines de los años 50, bajo la atenta mirada de su eterno entrenador, Amílcar Brusa, hasta que pudo debutar profesionalmente en febrero de 1963 y ganar por nocaut. Ya en 1966 era campeón de peso mediano de Santa Fe y ese mismo año, mientras Juan Carlos Onganía se acomodaba a la fuerza en la Casa Rosada, debutaba en el Luna Park, donde se coronó campeón argentino en su categoría. El 7 de noviembre de 1970, ya con el general Levingston usurpando el poder, el país se paralizó para verlo “vía satélite” ganar el campeonato mundial al derrotar al italiano Nino Benvenuti en Roma por nocaut en el round número 12.
Monzón disputó cien combates, de los cuales 87 fueron victorias, 59 por KO. Por todo esto, en 1990 fue incorporado al Salón Internacional de la Fama del Boxeo de Nueva York, Estados Unidos.
Realizó numerosas defensas del título. En una de ellas estuvo presente el querido Julio Cortázar, que dejó un relato memorable del suceso, “La noche de Mantequilla”, incluido en su libro Alguien que anda por ahí. Fue el 9 de febrero de 1974, cuando peleó con José Ángel“Mantequilla” Nápoles. Entre las celebridades presentes también estaba Alain Delon, quien a partir de entonces se convertiría en un amigo cercano del campeón. La fama y la pinta lo llevaron al cine en recordadas películas, como La Mary, en cuyo rodaje surgiría su “acalorado romance”, como decían las revistas de la época, con Susana Giménez. La película, dirigida por Daniel Tinayre, se estrenó en 1974 y fue todo un suceso.
Con Leonardo Favio filmó Soñar, soñar; con Palito Ortega, Las locuras del profesor y Amigos para la aventura. También filmó en Italia El macho y La cuenta está saldada.
Oficialmente tuvo cuatro parejas importantes. Se casó dos veces, tuvo cinco hijos. Todos sus romances fueron turbulentos y recibió denuncias de violencia de todas sus parejas, que fueron ignoradas por la Justicia de entonces y los medios hegemónicos, que incluían su carácter violento entre las “virtudes” del “gran macho argentino”. En 1981, nació el último hijo de Carlos Monzón y su última pareja, Alicia Muñiz, Maximiliano Monzón.
Alicia Muñiz era otra víctima de la violencia de Monzón fuera del ring. Nadie la escuchó ni antes ni después de aquella noche del 14 de febrero de 1988, cuando tras una larga discusión, según testigos, Carlos Monzón asesinó a su esposa en Mar del Plata. El boxeador fue juzgado y declarado culpable en un juicio mediático en el que resultó condenado a once años de prisión por homicidio simple.
Cuando se encontraba en la etapa final de su condena, comenzó a gozar de salidas restringidas para trabajar. Una de sus ocupaciones era enseñar boxeo en el gimnasio de la Unión de Empleados Civiles en la ciudad de Santa Fe.
Fue precisamente al regresar de una de estas clínicas de boxeo cuando murió en un accidente automovilístico en el paraje Los Cerrillos de la Ruta Provincial 1 el domingo 8 de enero de 1995.
Fue sepultado al día siguiente de su muerte en el cementerio municipal de Santa Fe, con la concurrencia de casi 60 mil personas que gritaban “dale campeón, dale campeón”. En este número de Caras y Caretas analizaremos todos los aspectos de su vida: el deportista, el actor y, por supuesto, el violento femicida.
