Por Daniel Guiñazú
El lugar preponderante que se ganó el arquero en la historia del fútbol argentino.
Millones de argentinos futboleros menores de 45 años no tienen dudas: Emiliano "Dibu" Martínez es el mejor arquero que haya tenido la Selección Argentina a lo largo de su historia. La afirmación rotunda no es descabellada: su participación en la Copa América 2021 en Brasil, en el Mundial de Qatar 2022 y ahora en la Copa en los Estados Unidos fue determinante. A tal extremo que de no haber sido por sus atajadas en las definiciones por tiros desde el punto penal ante Colombia, Países Bajos, Francia y Ecuador y por aquella imborrable tapada de último momento ante Kolo Muani, la Selección no habría ganado la Copa América y la del Mundo. Ni habria llegado a la semifinal ante Canadá. No sería lo que actualmente es.
Pero la historia trasciende nuestras vidas. Y es muy posible que esos millones de compatriotas que han convertido a "Dibu" en el ídolo más grande de nuestro fútbol, sólo por detrás de Lionel Messi, no hayan visto a Ubaldo Matildo Fillol. El "Pato" cubrió el arco de la Selección entre 1974 y 1985. Y aunque no fue decisivo en las series desde los once metros tan sólo porque no hubo eliminación directa en los Mundiales de 1978 y 1982, lo fue y mucho en varios partidos del '78. El penal que le atajó al polaco Deyna, una tapada mano a mano al delantero brasileño Gil y dos pelotas sensacionales que le sacó a Johnny Rep en la final con Holanda resultaron claves a la hora de aquella gran consagración.
Varios atributos igualan a Fillol y a "Dibu": la manera en la que achican el arco con todo su cuerpo, su potencia de piernas, la inquebrantable fe en sí mismos, lo que provocan en los delanteros que los atacan, la seguridad que les transmiten a sus compañeros y a los hinchas y el haber dado invariablemente la talla en los partidos más grandes. Martínez le ha sumado un mejor juego con los pies porque los arqueros de hoy trabajan más ese aspecto de lo que lo hacían los arqueros de los años 70 u 80. Y acaso una mayor solvencia para descolgar los centros. Pero no puede decirse que "Dibu" sea más completo que el "Pato". Es tan bueno como él. Y tal sea ese el mejor elogio que se le puede hacer: soporta la comparacion con quien fue un monstruo del arco, el mejor arquero que todos vimos. Hasta ahora.
En la carrera por ensalzar a Martínez parecen haber quedado injustamente atrás los nombres de otros íconos bajo las tres palos de la Selección. Pocos recuerdan ya a Nery Pumpido, campeon mundial de México '86; Sergio Goycochea, el héroe de Italia 90; y Sergio "Chiquito" Romero, el arquero de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Las atajadas decisivas de "Dibu", su carisma personal y el personaje que se montó a su alrededor arrasaron con todo. Y el fenómeno promete seguir en aumento. Al igual que Messi, "Dibu" Martínez se subió a lo más alto del pedestal de la idolatría sin haber jugado un minuto en un club de la Argentina. En tres años logró enamorar a millones de hinchas argentinos. Y ser tan grande como lo fue Fillol. Más, todavía no.