Por Domingo Martínez Madrid
Tras una contestación social muy intensa, se ha aprobado en Argentina la legalización del aborto, una de las promesas electorales del presidente Alberto Fernández. La votación ha sido muy ajustada pero se aprobó. El Arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, ha dicho que su aprobación supondrá un duro golpe, en un momento en que los sanitarios se desviven en una heroica tarea por salvar vidas.
Pero el gobierno parece tener una febril obsesión por instaurar el aborto en Argentina, como si tuviera algo que ver con los padecimientos, los temores y las preocupaciones de la gente. La senadora María Belén Tapia denunciaba que, además de las evidentes urgencias y presiones del Gobierno, está detrás el interés de un lobby internacional vinculado a las políticas de población, que tiene en su agenda el aborto.