Por Norberto Alayón
En el año 2018, la Editorial Espacio de Buenos Aires publicó mi libro “NO al macrismo desde el Trabajo Social”, prologado por Federico Schuster.
Los contenidos de dicho texto concitaron un sugestivo interés especialmente en el campo del Trabajo Social, aunque también en el ámbito de las ciencias sociales en general.
Ello habilitó la presentación del libro, entre el 2018 y el 2019, en 21 ocasiones: 12 en universidades nacionales (Comahue, La Rioja, Arturo Jauretche, Moreno, Jujuy, Tilcara, Lomas de Zamora, José C. Paz, Tandil, Mar del Plata, Miramar y Santa Fe) y 9 en asociaciones, colegios, consejos, institutos (Ciudad de Buenos Aires, San Bernardo, Resistencia, Corrientes, Catamarca, Formosa, Morón, La Matanza y Lanús). Asimismo se realizaron entrevistas televisivas y radiales, como así también variadas notas en diversos medios de comunicación escritos.
Tal impacto editorial y mediático, inmediatamente habría llegado a oídos de los asesores del endeudador serial y gran militante de las mentiras sistemáticas que encabezó una de las peores pandemias (políticas, económicas, sociales) que debió soportar la nación Argentina.
Entonces, Mauricio Macri, al parecer, suspendió momentáneamente su descanso en las clásicas reposeras y se abocó a leer detenidamente (aunque con cierto esfuerzo intelectual) los escritos de este trabajador social que estaba sumamente preocupado por la grave situación por la que atravesó el país desde diciembre de 2015.
Y es que el proyecto conservador y neoliberal del Partido PRO y la Alianza Cambiemos (hoy Juntos por el Cambio), superando lo que muchos habíamos previsto, había significado una verdadera catástrofe social, de alcance nacional, retrotrayendo al país a las épocas más oscuras y degradadas de su historia.
Para decirlo muy claramente y sin eufemismo alguno, se había tratado de un gobierno conducido por los ricos en defensa de los intereses más obscenos de los propios ricos, evidenciando desprecio y hasta odio hacia los sectores más vulnerados de la sociedad.
Ese proyecto, continuador objetivo de las políticas económicas y sociales impulsadas por la dictadura cívico-militar de 1976-1983 y luego por el menemismo de los años 90, encontró en Mauricio Macri al personaje ideal para representar y desplegar, con tenacidad cruel, las históricas aspiraciones de los sectores de mayor poder económico que no se resignan siquiera a ver limitados sus enormes privilegios.
El proyecto del macrismo y sus aliados, articulado e impulsado a nivel global por la lógica del más bárbaro capitalismo (el financiero), que atenta contra los derechos de las mayorías populares, colisiona indefectiblemente con los valores que sustenta una profesión como el Trabajo Social.
Después de la esforzada lectura del libro de este terco trabajador social, que le sonó a libelo (o a libélula según la cantidad de vocablos que cada uno es capaz de entender), Mauricio Macri se habría ofendido con el autor, decidió que tenía que confrontar con el mismo, desmentirlo y le encomendó para ello, a algunos escribas amigos, que bosquejaran un texto con la estricta condición de que la redacción principal estaría absolutamente a su cargo, habida cuenta de su reconocida capacidad literaria y aguda pluma.
Luego, Macri presentó “su” libro ante un grupo de seguidores y seguidoras del atraso. Faltó Elisa Carrió, que no asistió porque, según dijo, es “una persona de riesgo”. En esta ocasión, Carrió -que se hace y es extraviada- dijo una verdad incontrastable: “es una persona de riesgo”.
Ante esta situación, de rivalidad literaria, me veré en la obligación de escribir otro libro, sin ayuda alguna de mis amigos para redactarlo. Llevará por título “NO al macrismo desde el Trabajo Social II”. Seguramente recibiré muchas propuestas de editoriales para traducirlo, por lo menos, a 16 idiomas extranjeros.
Y por qué me propongo asumir este esfuerzo, con mis inminentes 76 años, mientras sigo esperando la vacunación contra el Covid en la ciudad de Buenos Aires. Porque, como consta en una de las 48 notas que integran mi libro original, “contra el macrismo todos podemos (y debemos) hacer algo”.
Mi convicción se fundamenta en que confrontar y denunciar los alcances nocivos del proyecto neoliberal que devastó a la Argentina, constituye un imperativo ético para contribuir a conducir al país hacia la consolidación de un nuevo proyecto que se proponga combatir la desigualdad, eliminar la pobreza extrema y las diversas formas de discriminación.
En suma, para fortalecer el propio funcionamiento democrático, a partir de la ampliación y defensa irrestricta de los derechos sociales, políticos y económicos que posibiliten una vida digna para todos los habitantes de la nación.