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Opinión del Lector

Para nuestro gobierno la ciencia y la tecnología son política de Estado

Roberto Salvarezza

Por Roberto Salvarezza

El Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología se celebra cada 10 de abril. Fue establecido en 1982 por la Conferencia General de la Unesco en honor al nacimiento del Dr. Bernardo Houssay, médico y farmacéutico y el primer argentino y latinoamericano en ser galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1947. En el Día Mundial de la Ciencia y el Día del Investigador Científico en la Argentina, opinó para Télam Roberto Salvarezza, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.

En el Día del Investigador Científico quiero felicitar a nuestros investigadores e investigadoras y realizar algunas reflexiones sobre el presente y el futuro de la ciencia nacional.

La ciencia argentina experimentó durante el gobierno anterior un desfinanciamiento progresivo y un incomprensible ataque que culminó con la eliminación del entonces Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. En un mundo en donde el conocimiento tiene un enorme valor social y económico y en donde los países desarrollados fortalecen sus sistemas de ciencia y tecnología, las políticas implementadas por Macri significaron un profundo retroceso para el sector y revelaron la verdadera cara de un proyecto neoliberal destinado a construir una Argentina carente de futuro.

Recibimos el recuperado Ministerio con la misión del presidente Alberto Fernández de poner a la ciencia de pie. Comenzamos la gestión con gestos concretos que indicaron un cambio de rumbo: incrementamos significativamente el número de investigadores e investigadoras que ingresan al sistema, aumentamos el monto de los subsidios otorgados y mejoramos la situación de las becas doctorales y postdoctorales. Sólo un comienzo en el camino de recobrar lo perdido durante cuatro años.

En este marco, se desencadenó la pandemia que puso a prueba la capacidad del sector científico. Convocados en el marco de la Unidad Coronavirus del MINCyT, miles de científicos y científicas abandonaron sus temas de investigación habituales para trabajar incansablemente en proveer herramientas para enfrentar al coronavirus.

En pocos meses llevaron prototipos del laboratorio a la producción masiva: kits de detección molecular de virus y de detección de anticuerpos, elementos de protección social como los barbijos de telas antivirales y antimicrobianas, y tratamientos como el suero equino hiperinmune. También secuenciaron cientos de genomas del virus con el objetivo de recolectar información precisa acerca de los distintos linajes del virus que circulan en nuestro país, enfrentaron en forma organizada las noticias falsas que buscaron confundir a la población y contribuyeron evaluando el impacto que la pandemia tiene y tendrá en la vulnerabilidad social, la educación y en el trabajo.

En la actualidad, continuamos financiando diversos proyectos que están diseñando vacunas argentinas y contribuimos al cuidado de los ciudadanos y ciudadanas, a través de la Campaña Ventilar, que busca concientizar sobre la importancia de la ventilación de los ambientes para evitar la propagación del Covid-19 por aerosoles y difundir el potencial uso de medidores de dióxido de carbono como instrumento de apoyo.

La pandemia puso a la ciencia en el centro de la escena nacional y mundial. La labor de nuestros científicos y científicas demostró toda la capacidad de esta comunidad para contribuir a la solución de los desafíos que enfrenta nuestra sociedad.

Para ello, es necesario que el desarrollo de la ciencia y la tecnología sea una política de Estado y nuestro gobierno tomó esa decisión: este año el Congreso aprobó la Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, que reconoce la capacidad estratégica de la ciencia para el desarrollo económico, social y ambiental de Argentina y establece el incremento progresivo y sostenido del presupuesto nacional destinado a la función ciencia y técnica hasta alcanzar en el 2032 el 1% del PBI.

Su aprobación, acompañada por todas las fuerzas políticas, es también un reconocimiento al rol central del Estado en el desarrollo de la actividad científica que se complementa con la recientemente aprobada Ley de Promoción de la Economía del Conocimiento que estimula la inversión privada en el sector.

En síntesis, la Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación evitará los ciclos de desinversión, como el vivido recientemente, y otorgará previsibilidad a la tarea de miles de investigadores e investigadoras que con su compromiso y capacidad contribuyen a la construcción de la Argentina del futuro.

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