Por Brian M. Cavagnari
En el país se consume un 60% más que lo recomendado por OMS (50 gramos en una ingesta diaria de 2000 kilocalorías) y mayormente es lo que aportan las gasesosas, las infusiones endulzadas, los panificados y los jugos envasados. ¿Sirven los edulcorantes no calóricos?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la ingesta de azúcares libres sea menor al 10% de la ingesta calórica total (50 gramos de azúcares para una ingesta diaria de 2000 Kcal). También señala que habría un beneficio adicional sobre la salud si este consumo fuera menor al 5% de la ingesta calórica total.
El consumo de azúcares añadidos en Argentina es el más alto de la región, con una ingesta promedio de 90,4 g/día, lo que contribuye con el 15,9% de la ingesta calórica total. Dicho de otra manera, en el país se consume cerca de un 60% más de azúcares añadidos que lo recomendado, de acuerdo a lo relevado por el Estudio Latino Americano de Nutrición y Salud (ELANS).
En cuanto a las fuentes de azúcares añadidos, el 26,9% lo aportan las gaseosas y el 23,8% las infusiones (principalmente el mate dulce). El tercer lugar (15,4%) proviene de los panificados (pan, galletitas, facturas) y el cuarto (12%), de los jugos listos para preparar.
Resulta preocupante que en Argentina, el 78,8% de la población no cumpla con la recomendación de la OMS (no exceder el 10% de la ingesta calórica con azúcares libres) y que el 94,4% de la población no cumpla con la recomendación condicional de no exceder el 5%.
Cabe aclarar que los azúcares añadidos son los que se agregan a los alimentos y bebidas por el fabricante, el cocinero o el consumidor como azúcar de mesa, azúcar moreno, jarabe de maíz, entre otros.
El 26,9% lo aportan las gaseosas y el 23,8% las infusiones (principalmente el mate dulce). El tercer lugar (15,4%) proviene de los panificados (pan, galletitas, facturas) y el cuarto (12%), de los jugos listos para preparar"
Un consumo excesivo aumenta la densidad calórica e incrementa el riesgo de obesidad y de enfermedades cardiometabólicas. También se asocia con una menor calidad de dieta y con un mayor riesgo de caries.
Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando dejamos de consumir azúcar
Reducir el consumo de azúcares añadidos en la dieta parecería ser una buena estrategia para colaborar con la lucha contra las enfermedades crónicas no transmisibles. Lo que dificulta cumplir con estas recomendaciones de salud es que los consumidores prefieren y eligen los sabores dulces.
Los edulcorantes no calóricos son una alternativa al azúcar para quienes prefieren los alimentos y bebidas dulces, ya que se pueden agregar a los mismos -en reemplazo de los azúcares- permitiendo así una reducción calórica y una disminución del contenido de azúcares añadidos, conservando el dulzor.
Azúcar, la droga silenciosa
En Argentina, el 41,7% de la población (entre 15 y 65 años) consume edulcorantes. En forma opuesta a lo que ocurre con el consumo de azúcares, la proporción de consumidores de edulcorantes aumenta con la edad. Los refrescos constituyen la principal fuente de consumo.
Es importante aclarar que el beneficio potencial de los edulcorantes no calóricos sobre la salud no radica en el consumo de edulcorantes per se, sino en la sustitución de las calorías que aportan los azúcares añadidos y que no serían consumidas al ser reemplazadas. Sin embargo, el consumo de edulcorantes no calóricos no debe superar la ingesta diaria admisible (IDA).
Si tomamos en conjunto el excesivo consumo de azúcares añadidos y lo lejos de la IDA que está el consumo de edulcorantes en Argentina, podemos inferir que existe una ventana de oportunidad para la reformulación de productos azucarados con el fin de disminuir el consumo de azúcares en la población, mientras vamos educando el paladar hacia sabores menos dulces.
*Doctor en Ciencias Biológicas (MN 113.626), Investigador de la Red Latinoamericana de Investigación en Alimentación y Nutrición (RedLIAN)