Por Jorge Alemán
La derrota clarísima del líder de Vox, Santiago Abascal, frente a la coalición progresista de Sanches e Iglesias, más el calculado desplazamiento de la derecha liberal hacia una posición moderada, posición que les hizo sumarse al No en la votación en contra de la moción de censura del líder ultraderechista Abascal, puede estar señalando un cambio de época que no se reduce a España.
Hay varios factores que permiten pensar en esta nueva orientación, que puede constituir un viraje mundial:
1.- La posibilidad de que Trump pierda no es sólo la perdida de un candidato, es un estilo político primario con bases megalómanas y paranoicas que solo se afirman en el odio
2.- La principal líder de Europa no quiere saber nada de la alianza entre las derechas conservadoras y liberales con las ultraderechas. La propia historia de Alemania cancela está posibilidad.
3.- La actitud del jefe de Estado del Vaticano, Francisco, que ha intentado por todos los medios desplazar a la Iglesia de su tradición culpabilizante y punitiva.
4.- La pandemia interminable le puede haber dado alas al principio a las ultraderechas, pero el desastre en todos los planos va a ser tan grande, que un discurso que de últimas se basa en la eliminación de toda diferencia ya tiene en la Pandemia una fuente de irradiación del dolor muy potente como para continuar insistiendo en el rechazo, el odio y la promoción de la violencia social.
Hasta ahora las derechas clásicas habían sido ganadas por la extensión del rechazo de la política propio del discurso de las ultraderechas, pero ahora la dominación neoliberal duda sobre si ese es definitiva su camino.
Los teóricos afines al neoliberalismo saben la religión del Mercado no puede sostenerse en el odio, debe encontrar formas más seductoras para sus consumidores. No obstante, por ahora no pueden ,temen como siempre el ascenso de fuerzas democráticas y progresistas que ya comienzan a retornar.
Pero la ultraderecha del odio, como plan b del neoliberalismo comienza a reducir sus posibilidades.
Se acercan los días en donde se hará patente que el Neoliberalismo no dispone de nada que permita sostener a la Civilización.