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Opinión del Lector

Sube el dólar y vuelve la pregunta del siglo: ¿qué hacemos con los pesos?

Mateo Reschini

Por Mateo Reschini

La coyuntura actual sigue siendo complicada con subsidios por quitar, impuestos que reducir y reformas que quedaron fuera del paquete de leyes. Lejos estamos de una situación normal, ¿qué opciones de inversiones hay?

Esta es una pregunta que suele hacerse a los analistas financieros (junto con ¿compramos o vendemos?). La realidad es que nunca es una pregunta fácil de responder porque depende de varios parámetros que el interlocutor suele omitir, como perfil de riesgo, horizonte temporal, restricciones para invertir en ciertos activos, etc.

Ahí es donde el asesor financiero tiene que empezar a trabajar para tratar de discernir cuáles son los mejores activos para el que pregunta. Para tratar de hablar de inversiones en la actual coyuntura económica haré al revés: primero daré mi observación sobre distintas clases de activos y al final comentaré cómo se compondría una cartera conservadora, moderada y agresiva en base a ellos.

Primero tenemos a los bonos soberanos hard dollar que fueron la estrella del mercado argentino (en lo que respecta a cobertura y atención de los medios y de divulgadores de la red social X, ex Twitter) durante la reciente recuperación de precios del mismo.

La semana pasada vimos rebotes incluso con la aprobación en el Senado de la Ley de bases y comienza nuevamente el interés de los inversores. Desde Inviu, en la actual coyuntura, y para un plazo mediano a largo de inversión, vemos que puede seguir habiendo valor en los bonos de cara al futuro si continuamos con las reformas que impulsa el gobierno (y otras que todavía están trabajando en silencio como la flexibilización de los controles de cambios).

Bonos y acciones: ¿Cuáles son las recomendaciones para proteger las inversiones?

La coyuntura actual sigue siendo complicada con subsidios por quitar para balancear las cuentas del Estado, impuestos que reducir para dar más incentivos al sector privado, reformas estructurales por pasar en el Congreso que quedaron fuera del paquete de leyes como la dichosa reforma laboral e impositiva que, sin ella, no permite competir de igual a igual a los productos locales con los importados, entre otras. Lejos estamos de una situación normal, y hasta diría provechosa, para los bonos en dólares.

Sin embargo, las paridades bajas (como las del GD35 o GD41) ayudan a contrarrestar esas dudas. Ya no estamos en niveles de precios cercanos a las u$s20 como pudimos ver el año pasado. Pero en nuestra opinión, un bono como el GD35 con una paridad de u$s45 y pagos de capital más adelante en el tiempo (reduciendo el riesgo de reinversión en el corto plazo) lo vuelven tentador en esta clase de activos.

Por el lado del equity estamos viendo que la mayoría de los papeles ya retomó niveles anteriores a lo que se vio pre caída de las PASO 2019, pero aun están lejos de máximos históricos en términos nominales incluso. En esta clase de activos hace rato que nos mantenemos cautos dado que creemos que en el índice puede haber rendimientos muy dispares y que una exposición amplia en mercado puede dejarnos expuestos a activos que ya han tenido un rendimiento considerable o que tienen un futuro incierto y podrían no ver el mismo recorrido que otros. Es decir, creemos que hay que ser selectivos.

Por ejemplo, dentro del sector bancario, creemos que BBAR tiene unos fundamentals todavía atractivos respecto de los pares en mercado argentino. En el sector energético, si bien había visto una suba considerable y ya ajustó un poco las valuaciones, creemos que PAMP quedó atrasada y que, con el revuelo de la deuda de CAMMESA ya resuelto, se quitó otra fuente de volatilidad de encima.

Otra apuesta argentina a la zona de Vaca Muerta y al negocio petrolero en general es YPFD. Vemos que tiene una valuación más interesante que VIST (otro jugador importante en la región neuquina) y que, con el camino despejado en lo que refiere al frente político, parece interesante apostar por la petrolera semipública.

En lo que respecta a la deuda en pesos, primero quiero abordar la inquietud de si estar o no mayormente dolarizado. Hacia el mediano plazo creemos que el tipo de cambio real debería subir un poco más para poder ser sostenible y fomentar aun más las exportaciones, por lo que en algún momento deberíamos ver subas superiores a la inflación.

Sin embargo, en el corto plazo y con la inflación desacelerando las subas pueden venir desde el lado del frente externo o por inestabilidad política local. Ninguna de las dos es absolutamente despreciable, pero creemos que en el corto plazo la confianza y buenas noticias que se puedan generar en el frente interno lo van a mantener lateralizando en un nivel cercano a los $1.300 por unos meses al menos. Por ende, con tasas mínimas mensuales en licitaciones primarias de 4% a tres meses, parece atractivo para perfiles muy agresivos.

Incluso tuvimos la semana pasada una aclaración del secretario de Finanzas y del Ministro de Economía de que la tasa real negativa había llegado a su fin. Esta frase se explica en el contexto de que la tasa efectiva mínima licitada para las letras de septiembre el miércoles fue de 4,25% mientras que la inflación INDEC para mayo fue de 4,2%. No sabemos como reaccionará el MECON si vemos una aceleración de la inflación cuando se intente quitar subsidios a las tarifas y por eso creemos prudente tomar posiciones en instrumentos CER como T5X4 (vencimiento diciembre 2024), TDE25 (incorporando clausula dual por tipo de cambio oficial) o TZX25.

Qué incluye la cartera recomendada de inversión

Siguiendo todo este análisis, nuestra cartera conservadora incluye un 50% en fondos CER (o activos individuales como T4X4 o TDE25) y otro 50% en alguna inversión offshore de bajo riesgo (es un buen momento para invertir en T Bills de mediana duración) o fondos LATAM locales como el Galileo Income. La cartera moderada incluye un 30% en fondos o activos CER, 40% a inversiones atadas al dólar pero que puedan ofrecer algo de rendimiento adicional como CEDEARs de índices o BOPREAL Serie 3 (BPY26), 20% a equity local seleccionado (BBAR, TGS, YPFD por ejemplo) y un 10% restante a un bono dual TDE25.

La agresiva es la más compleja dado que presenta más grados de libertad y es la que dependería aun más de las preferencias del inversor por lo que no le pondremos porcentajes pero si le ofreceríamos una parte en LECAPs licitadas en mercado primario para tratar de conseguir algo de carry en dólares, apostando a estabilidad cambiaria. Una buena parte de la cartera en acciones (más de la mitad) en línea con las discutidas más arriba Para el restante GD35 puede parecer una buena opción para no perder exposición al dólar pero aun así tener recorrido en caso de una recuperación argentina.

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