Maximiliano Aquino murió en un intento de robo. Ocurrió el 1 de agosto de 2015. El único imputado por el homicidio se declaró inocente. En la próxima audiencia, prevista para el 31 de agosto, comenzará la ronda de testimoniales.
Familiares de Maximiliano Aquino piden que se agrave la imputación contra Josele Altamirano. Ayer comenzó el juicio Oral por la muerte del joven sanroqueño asesinado en la madrugada del 1 de agosto de 2015, en un intento de robo en el barrio Aldana, instancia a la que el delincuente llegó acusado de “homicidio simple”.
La defensa del único imputado “Josele” Altamirano está representada por los letrados Graciela y Hermindo González, en tanto la querella está integrada por Justo Canteros y Silvio Sosa. Por parte del Ministerio Público, el fiscal Gustavo Smith.
En la sala de audiencia se hicieron presentes Adriano y Marta, padres del joven fallecido, a quienes acompañaron familiares, amigos y compañeros de estudio de “Maxi”.
Por el lado del acusado, la madre Analía Elizabeth estuvo presente, en tanto afuera del edificio aguardaban resultados del debate amigos y conocidos de Josele.
Luego de la lectura de la imputación y como sucedieron los hechos, la defensa de Altamirano tuvo el uso de la palabra: planteó nulidades.
Hermindo González entendió que el acta de elementos y piezas probatorias son nulas y detalló “el acta de aprehensión en la vía pública, acta diligenciada para concretar el allanamiento en la casa de Altamirano, las pruebas de ADN realizadas recién a casi un año del hecho y la doble representación de la querella, esto coloca en desigualdad de armas y se trata de un hecho gravísimo que queremos saber la verdad”.
Por su parte, el fiscal Smith explicó que los procedimientos se hicieron conformes a lo reglamentado, explicando cada solicitud de nulidad de la defensa, dejando de este modo la decisión al Tribunal para rechazar o no el pedido de González.
Hizo luego lo propio la querella, a cargo de Sosa, quien dejó en claro que la participación del abogado Justo Canteros, coquerellante, estuvo trabajando en la etapa de investigación incluso hasta los trámites para que la causa sea elevada a juicio.
Tras un cuarto intermedio el Tribunal, integrado por Juan José Cochia, María Elisa Morilla y Ariel Azcona, rechazó los planteos de nulidad interpuestos por la defensa de Altamirano, por extemporáneos. Además entendieron que la querella puede tener dos abogados.
El acusado se declaró inocente
A Josele Altamirano se lo imputa por “robo calificado por el uso de arma en grado de tentativa en concurso real con homicidio criminis causa”.
El Tribunal preguntó al acusado, luego de dar a conocer nuevamente, por lo que se lo acusa con fecha, lugar y hora, si quería declarar o se abstenía, a lo que Altamirano dijo que iba a contar lo que sucedió. Narró que en la mañana del viernes 31 de julio fue a casa de su patrón a arreglar las herramientas de pesca, “estaba ayudando y trabajando con mi patrón, él hizo un muro de 150 metros, mientras yo arreglaba mi mallón. Se hizo las 17:30 de la tarde y voy a mi casa, me pego un baño y espero que sea las 22:30 para ir hasta la escuela Nº5 a buscar a mi novia”.
En su relato, Josele dice que al regresar se despide de su novia y vuelve a su casa. Los padres se habían ido a la Iglesia Cristiana y sus hermanos no estaban, por lo que decide acostarse a descansar. Cerca de las 1:30 contó que golpea la puerta uno de sus hermanos de nombre Yonathan, lo atiende y se vuelve a dormir. Al día siguiente, 1 de agosto, “Josele” se levanta a las 8:30, hace el cocido a uno de sus hermanitos y se va a la costa porque asegura “tenía que pescar”. Pidió una canoa a un amigo que lo encontró en el camino porque la suya “estaba en reparación”, agregó.
“Cuando fui a tirar mi mallón llegaron tres policías de civil y yo pensé que venían a manguear pescado, como me hacen siempre. Me dijeron que el jefe quería hablar conmigo. Me suben a una camioneta blanca y me llevan a la Brigada. Ahí me bajan de los pelos, me patean y me pegan trompadas. Me decían que tenía que hacerme cargo de la causa”, contó.
“No me explicaron de qué causa era. No entendía”, agregó.
Según el relato de Josele, estuvo dos días en la Brigada y luego fue llevado a la comisaría Cuarta, donde también asegura que fue recibido con golpes y hasta llegaron a “manosearlo” para que reconozca su participación en el hecho. Estando en la comisaría asegura que los policías le tiraron ropas del “finado” (de Maxi) y que tenía que lamerlo pero “yo no quería si no soy un perro para lamer”, dijo.
Tras su declaración respondió algunas preguntas del Tribunal, del Fiscal, de la querella y de su defensa. En todas las respuestas aseguró que en la noche que asesinaron a “Maxi” estuvo en su casa acostado. Respondió, entre otras cuestiones, que no sabe de armas de fuego, no las conoce, como tampoco no tiene a alguien que los haya visto regresar esa noche con su novia y mucho menos que estuvo en su casa. La defensa insistió en el mal momento que “Josele” vivió en la Brigada como en la comisaría.
La próxima audiencia será el 31 de agosto, a las 8, donde se tiene previsto la declaración de cinco testimoniales, entre ellas de la jovencita que estuvo en la noche del crimen con “Maxi”.