El periodista Daniel Brítez, contó en Sudamericana sobre el hecho que lo afectó el domingo 14. Comentó qué sintió en el momento del robo y de su estado de salud posterior al incidente en el que un adolescente lo asaltó y lo apuñaló.
El domingo 14 de noviembre, Daniel Britez fue apuñalado por un adolescente que lo atacó cuando iba a trabajar en la cobertura de las elecciones legislativas. El delincuente intentó robarle el teléfono celular y cuando el periodista se resistió le asestó una puñalada que no le afectó el pulmón porque una costilla impidió que ingrese.
Este viernes, a cinco días del hecho y notablemente adolorido, habló con Radio Sudamericana para contar que “el momento más difícil fue ese domingo”. “No pensaba que iba a vivir esa situación, que este pibe me saliera y me apuntara con un cuchillo, me pidiera el teléfono y arriesgue mi vida”, recordó.
Britez, que en su labor diaria le toca relatar hechos de violencia, contó que pensaba en “sacarme la mochila y entregarle todo”. Sin embargo, agregó que “lo vi decidido a matar, por eso me defendí”, indicando que todo sucedió cuando salía de su casa a trabajar en la cobertura de las elecciones.
Apuntó que estaba lloviendo y, como iba “sobre la hora” y el colectivo no ingresa en zona cuando hay mal tiempo, fue a una remisería a buscar un móvil. “Cuando estaba cerca, veo que se cruza de vereda y pensé que iba también a buscar remis, pero ya lo tengo en frente, con el cuchillo en la mano”.
Relató que en ese momento intentó defenderse, mientras daba vueltas alrededor de un árbol para evitar el ataque, pero seguido por el ladrón. “En todo momento gritaba”, dijo el periodista, pero nadie lo escuchaba porque la calle estaba vacía, mientras el atacante solamente le pedía que le entregue el celular.
En un momento dado, Britez cayó al suelo y allí el adolescente aprovechó para apuñalarlo. “En un momento, como yo gritaba, parece que se asustó y se fue, pero al ver que no había nadie regresó y volvió a atacar”, relató y expresó que “tenía un cuchillo de cocina muy grande y todo el tiempo buscaba el estómago o la garganta”.
Afirmó que “todo el tiempo pensaba en mi familia, en mi hijo porque soy el único sostén de la familia y esto no es justo”. Sobre el atacante aseguró que “estaba enajenado, como enfermo por las drogas seguramente, pero más allá del teléfono, que es algo insignificante, estaba decidido a matar”.
El cronista pidió finalmente “más protección para la gente del barrio”, dado que “no solamente es para mí, en el barrio revuelcan a las mujeres, los chicos no pueden salir de la escuela”. Concluyó lamentándose porque “me quitaron la libertad, ahora tengo que decidir a qué hora salir o volver de mi casa, por qué calles andar o con quién se va mi hijo”.