Un hombre que era intensamente buscado por la Policía de la provincia de Entre Ríos como autor del asesinato de una auxiliar docente fue hallado ahorcado en las afueras de la capital de Corrientes, en el denominado paraje “El Perichón”.
Juan Ramón Rodríguez, de 30 años, habría tomado la decisión de suicidarse al notar que estaba cercado y que las personas en las que había buscado ayuda decidieron soltarle la mano. El cadáver del presunto femicida pendía de una soga atada la rama de un árbol, en el interior de un campo cercano a un camino de tierra. Junto a él había un bolso con ropas. Y en la cintura llevaba un cuchillo.
De acuerdo a información conocida por diario época, Juan Ramón figuraba como único sospechoso del crimen de Viviana Margarita Rodríguez, de 57 años, cometido en el mes de septiembre en la localidad de Ibicuy, en la zona Sur de la vecina provincia.
La muerte de la mujer fue descubierta el 8 de octubre, cuando sus familiares y amigos del barrio porteño de Flores, donde residía, ya habían denunciado su desaparición.
La última vez que la vieron con vida fue el 26 de septiembre, cuando viajó de Capital Federal a Entre Ríos con el hombre que era “su novio” a pesar de la diferencia de edad entre ambos.
El cuerpo de la docente estaba en un canal de agua en avanzado estado de descomposición, en una zona descampada. Pasaron algunos días hasta que la Policía entrerriana determinara que fue víctima de una agresión. Entonces comenzaron con los trabajos de búsqueda del hombre con el que la había visto.
“Lo que sabemos es que ella desapareció. Y el mismo día su novio viajó a Corrientes. Ahora nos enteramos que apareció su cuerpo en Ibicuy. No sabemos por qué razón aún no lo detienen. No tenemos dudas de que fue él”, había declarado el mes pasado una de las amigas de la víctima.
Los resultados de la autopsia permitieron establecer que Rodríguez falleció por asfixia manual.
Investigadores de la Policía de Entre Ríos, quienes viajaron en dos ocasiones a Corrientes, establecieron que el sindicado asesino una vez cometido el hecho volvió hacia la zona Norte de Buenos Aires. Y desde allí tomó un ómnibus que lo trasladó a la capital de nuestra provincia.
Buscando asilo emprendió otro viaje desde la capital correntina hacia la localidad de Paso de la Patria, de la que era oriundo. Allí, donde tiene parientes, estuvo unos días en la vivienda de uno de esos familiares (con el resto llevaba relación nula). Sin embargo, con quien en definitiva le brindó refugio mantuvo un entredicho y debió irse.
Acorralado
El fugitivo entonces emprendió el regreso hacia la capital correntina. Y en esta ocasión llegó al paraje “El Perichón” para golpear la puerta de la casa de una mujer a la que conocía desde pequeño y era su “madre del corazón”.
Esa persona lo cobijó. Pero una vez al tanto del por qué de la repentina aparición de Rodríguez también decidió que lo mejor era apartarse de él y le pidió que se marchara ya que la Policía había ido a preguntar si ella conocía sobre el paradero del fugitivo. Así las cosas, el hombre que evitó a los efectivos ocultándose en una zona de montes, sin más recursos y nadie a quien recurrir habría optado en el suicidio.
Mediante notas de pedido de colaboración autoridades de la Dirección de Investigación Criminal de la Policía de Corrientes hicieron un par de allanamientos en “El Paso”. Fueron el martes 18 de octubre y hace nada más que una semana. Pero el fugitivo los evitó.
En cambio, como saldo de uno de esos dos procedimientos los detectives encontraron una valija propiedad de la docente, cargada con algunas prendas de vestir de ella y otros efectos personales.
Juan Ramón era devoto de “San La Muerte” y al parecer demostraba una marcada inestabilidad emocional.
“No tenemos dudas de que fue él. Ella nos contó que el tipo le decía que el diablo la estaba esperando y que tenía que hacer una sanación”, fue otra de las revelaciones de una amiga de Viviana.