El adolescente condenado a cuatro años y medio de prisión por darle una feroz golpiza al playero oriundo de la localidad correntina de Curuzú Cuatía, Arturo López, en un estacionamiento del barrio porteño de Monserrat quedó libre este jueves.
La jueza Laura de Marinis, titular del Juzgado Penal Juvenil N°3 porteño, dispuso la liberación con el uso de la tobillera de geoposicionamiento y prohibición de salida de la Ciudad de Buenos Aires.
El jueves, la Sala N°1 de la Cámara de Apelaciones de la Ciudad de Buenos Aires había decidido que la pena dictada fue “excesiva” y que debe recibir una nueva, pero “en suspenso”. Es decir, menor a 3 años.
“La jueza Marinis siguió los lineamientos de la cámara, no le quedó mucha alternativa”, contaron las fuentes consultadas tras conocer la liberación del adolescente.
Hay que recordar que todo comenzó el 19 de noviembre de 2021. El día empezó como cualquier otro para Arturo. De 66 años, llegó temprano a la playa de estacionamiento de Monserrat para comenzar a trabajar. La jornada laboral estuvo tranquila hasta que, en un instante, todo cambió para siempre cuando una familia fue a buscar su BMW. Aparentemente, vieron una raya en el auto y lo acusaron a Arturo. Se generó una discusión y, de manera intempestiva, el hijo del dueño del coche, de solo 17 años en ese momento, le pegó una trompada a Arturo, lo derribó en el acto y le arruinó la vida.
El adolescente estuvo prófugo durante varios meses hasta que, finalmente, su familia decidió entregarlo en abril de 2022. Fue detenido de inmediato y, en septiembre pasado, el juez Alejandro Villanueva lo condenó a 4 años y 6 meses de prisión efectiva.
La familia de López tomó esa noticia con alegría. Creyeron que se había hecho justicia por Arturo, que nunca más se recuperará de las lesiones y cuya vida, desde entonces, es un infierno de médicos, hospitales y enfermeras 24/7.
El estado de salud del playero
A más de dos años del hecho, Arturo padece graves secuelas: tiene dificultad en el habla, la comprensión y problemas motrices.
“Hace unos meses, aproximadamente, estuvo internado una semana en terapia intensiva. Ahora, regresó a la casa y sigue con la rehabilitación diaria, ya que va todos los días a la clínica. Su evolución iba bastante bien, pero después de esa nueva internación hizo un retroceso importante”, contó la ex mujer de Arturo.
“Para mis hijas esto marcó un antes y un después. No pueden contar más con el padre: ahora son ellas las que se tienen que ocupar de él. Sabemos que esta es una lucha que vamos a tener de por vida porque la demanda es constante. Arturo necesita cuidadores las 24 horas del día: la demanda es constante y va a ser así siempre”, enfatizó.