Un joven de 26 años se encuentra en grave estado luego de ser brutalmente agredido que por un sujeto que, según testigos salió en defensa de una “trapito” que cuidaba autos en la esquina de un boliche de la bonaerense ciudad de San Martín.
La víctima, que se negó a pagarle a la mujer por estacionar, sufrió doble fractura de mandíbula y un severo traumatismo de cráneo que preocupa a los médicos que lo atienden. Insolitamente, el agresor continúa prófugo.
El hecho se desencadenó en Ayacucho y Tres de Febrero, en la zona del partido de San Martín conocida como “la de los boliches”. Hasta esa esquina llegó Leonel Biasutti con un amigo, a quienes tras estacionar se les acercó una “trapito” que les pidió dinero.
Como Biasutti se opuso a darle dinero, la mujer fue en busca de tres sujetos que se encontraban en la vereda de enfrente, a quienes supuestamente les contó que el cliente no le iba a pagar. En ese momento, Leonel cometió el error de tratar de explicarle a los cuatro matones que no había motivo para desembolsar un centavo para estacionar en plena vía pública.
Sin mediar palabra, uno de los amigos de la “trapito” noqueó de un tremendo derechazo al muchacho que, desvanecido golpeó la cabeza contra el asfalto. Sin interesarles lo ocurrido, quien cuidaba los autos y sus amigos se retiraron del lugar dejando a Biasutti tendido en el piso, inconsciente.
Gente del lugar llamó a una ambulancia la que, con la celeridad del caso trasladó a la víctima al hospital Castex donde la dieron cinco puntos de sutura. Sin embargo el problema del joven golpeado no pasaba por el corte en el cuero cabelludo sino por haber sufrido un severo traumatismo de cráneo y doble fractura de mandíbula.
Horas después fue derivado al hospital Boccalandro de Loma Hermosa donde se le realizó una tomografía computada la que detectó también, una lesión en el lóbulo ocular izquierdo.
A pesar de la denuncia radicada el pasado martes 19 de enero (el suceso ocurrió en la madrugada del sábado 16) hasta el momento no hay novedades respecto del agresor, un sujeto conocido por todos en esa zona de San Martín.
Quienes transitan por el lugar aseguran que los “trapitos” hacen y deshacen a gusto, generando siempre incidentes de éste tipo. De cara a lo sucecido todo permite establecer que tanto la mujer como sus amigos forman parte del negocio de cobrar una suerte de peaje a todos aquellos que concurren a los boliches del lugar.
