El pasado 30 de diciembre -el último día hábil de la actividad judicial de la justicia federal del Chaco-, la jueza federal Zunilda Nirenperger dictó en la causa en la que se investiga el asesinato de integrantes de las Ligas Agrarias una extensa resolución en la procesó con prisión preventiva al teniente coronel del Ejército Tadeo Betolli y al agente Miguel Antonio González por el homicidio agravado de Ñaro Gómez Estigarribia y de los agentes policiales Carlos Chávez y Alcides Safenraiter por el homicidio de Carlos Piccoli. En los mismos casos, ordenó procesar al oficial principal José Francisco Rodriguez Valiente por el delito de encubrimiento de ambos homicidios. Además, ordenó el procesamiento del comisario general Eduardo Wischnivetzky por la privación ilegal de la libertad y tormentos de tres trabajadores rurales y la falta de mérito por un caso de violación.
Raúl Gómez Estigarribia docente rural correntino y dirigente campesino, fue asesinado por fuerzas conjuntas del ejército argentino y la policía de la provincia del Chaco a cargo del Oficial Betolli en la localidad de Corzuela, en febrero de 1977.
Según la versión oficial, tanto Raul Eduardo Gómez Estigarrribia como Carlos Piccoli fallecieron en enfrentamientos con fuerzas de seguridad, según los sumarioa policiales incorporados luego a un expediente de la justicia federal de la época. Sin embargo, la investigación y la conclusión de resolución de la jueza Nirenperger indican que en ambos casos los dirigentes de las Ligas Agrarias habrían sido ejecutados .
En el caso de Gómez Estigarribia, el dirigente rural y docente era intensamente buscado por las Fuerzas Armadas por su militancia en las Ligas Agrarias. El 12 de febrero de 1977, había organizado una reunión en un domicilio de la localidad de Corzuela, del que tomó conocimiento el oficial de inteligencia del Ejército Bettolli, quien operaba en la zona en la persecución de la organización y montó un operativo para tenderle una emboscada.
Gómez Estigarribia fue trasportado en un vehículo por un testigo, que aseguró que estaba desarmado, ya que habían viajado por la ruta y debían sortear los controles policiales sin correr riesgos.
El Ejército y Policía del Chaco, como parte de la emboscada, habían dejado la luz prendida del exterior de la casa y se aseguraron que Gómez Estigarribia no pudiera ingresar y así quedar expuesto. Fue atacado ni bien llegó al lugar, con disparos de arma de fuego de todos los integrantes de la patota conjunta, lo que le provocó, según la autopsia policial, al menos tres heridas en tórax, en la pierna izquierda y en una mano.
Luego, se entregó a los familiares un certificado de defunción del Registro Civil -adjuntado en el expediente judicia- que se certifica falsamente como motivo de la muerte de Gómez Estigarribia un accidente en la ciudad de Resistencia.
El dirigente campesino también era perseguido por las fuerzas armadas desde 1975 por su activa participación como dirigente y referente de las Ligas Agrarias del Chaco.
Por su parte, Carlos Servando Piccoli debió exiliarse en España por la persecución que sufría desde 1975. En 1979, regresó a la provincia del Chaco en el año 1979 y a la militancia junto a Armando Molina, quien permanece actualmente desaparecido, en la reconstrucción de las Ligas Agrarias que consistía en la visita y el dialogo con pequeños productores y la entrega de volantes que promovían el regreso de la democracia, siempre en la clandestinidad en resguardo de su vida.
En ese marco, Piccoli durante las primeras horas del 22 de abril del año 1979 , se trasladaba en bicicleta por un camino vecinal del paraje Pampa Florida de la zona rural de la ciudad de Sáenz Peña, cuando fue sorprendido por un retén policial, integrado por dos agentes armados con un fusil F.A.L y con una pistola ametralladora P.A.M. 3, donde finalmente fue asesinado.
La acusación que pesa sobre el comisario general Wischnivetzky está enmarcada en crímenes de lesa humanidad que sufrieron durante la última dictadura pobladores rurales y pequeños productores del interior del Chaco, relacionados con la persecución a militantes de Ligas Agrarias.
En ese contexto, el entonces comisario de Villa Ángela comandó secuestros y torturas de pequeños productores integrantes de la organización campesina ocurridos en la localidad de Villa Berthet, el 30 de agosto de 1976.
Los agricultores fueron apresados de manera ilegal y torturados para sacarles información sobre las Ligas, y en particular sobre Hugo Voucouber y Secundino Taco Vallejos, dirigentes de esa organización que eran buscados y que permanecen desaparecidos.
Qué eran Las Ligas Agrarias
Las Ligas Agrarias llegaron a nuclear a más de 20 mil familias en el nordeste argentino. Fue uno de los movimientos sociales más importantes, una herramienta de organización entre pequeños y medianos agricultores que en los años ’60 enfrentaba la lógica de los monopolios, comercializadores y latifundios. Entre ellos estuvo Alice Domon, la monja francesa que trabajó en el pueblo correntino de Perugorría y años después fue asesinada en la Escuela de Mecánica de la Armada.
A partir de 1975, sufrieron persecuciones que se incrementaron con el golpe de 1976.Una de las movilizaciones más importantes de esa evolución fue la del 31 de enero de 1972: unos diez mil productores de Chaco y de Santa Fe se desplazaron sobre Resistencia.