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Bañado Norte: Además del mal olor por los desagües crecen los basureros urbanos

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Hace un poco más de dos años, tanto en la gestión de Fabian Ríos como en la de Tassano, que crecen los basureros urbanos en toda la ciudad y aún más en el barrio Bañado Norte que cada dos o trres cuadras hay una esquina con basura amontonada a antojo. 

 

Si bien la gestión de Fabian Ríos había cambiado la forma de recolección de la basura y sacó algunos contenedores del barrio, lo cual ayudó al recopilado de basura en las esquinas y a cielo abierto, en la gestión de Tassano "la recolección es casi un desastre", explica una vecina que ya no quiere que sus vecinos le dejen la basura en la puerta de su casa. 

 

Cabe destacar que al problema de la basura en el Bañado Norte se le suma que los vecinos  se quejan del impresionante olor a descomposición que brota de una capa de sedimentos cloacales al aire libre en el arroyo Poncho Verde, en su desembocadura al río Paraná y el hedor llega al barrio. 

 

Los basureros urbanos son acopios de todo tipo de elementos: desde restos de comidas, pasando por colchones, hasta electrodomésticos en desuso, muebles humedos, ropa vieja, agua en estado descomposición, escombros, etc. 

 

La concentración mas amplia de estos basureros se da en las inmediaciones del conocido campus Cabral de la Universidad nacional del Nordeste, más precisamente entre la calle Santiago del Estero y Roca, con sus calles paralelas y perpendiculares. 

 

Otra característica importante de la zona más afectada es que se encuentra bastante poblada ya que se transformó en uno de los sectores de la capital correntina donde se concentra el estudiantado. Uno de los estudiantes remarcó que "no hay un orden o alguna indicación de donde acomodar la basura y eso ayuda a que la gente deje donde quiera, asi se fueron formando varios basureros urbanos, vamos por la calle esquivando basura".

 

Además en una de las esquinas, la de Cabral y Gobernador Galllino, a una cuadra del Hospital Psiquiatrico, el basurero (que tiene un contenedor) ocupa la mitad de la calle ya que se concentra la basura que dejan los carreros. "Esa basura de los carreros, que son escombros, está una semana sin ser retirada", explicó otra vecina que vive en uno de los edificios más viejos del barrio.

 

 

La preocupación de los vecinos también se extiende hacia sus mascotas, ya que perros, gatos, caballos y gallinas llegan hasta los residuos en busca de alimento. 

 

 

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Una gran cantidad de basureros a cielo abierto crecen día a día en el barrio Quilmes, en el Sur de la ciudad. Se trata de acopios de todo tipo de elementos: desde restos de comidas, pasando por colchones, hasta electrodomésticos en desuso.

 

Se ubican en las esquinas que se conectan con la calle Hernandarias, el acceso principal a la barriada. El lugar se caracteriza por ser una combinación de asentamientos ilegales, viviendas del INVICO y casas de familia. Todos juntos convierten a la zona en una de las más pobladas de la capital.

 


Las calles en donde más se concentra la basura  son Carjano, Unahue, Ibera, De la Plaza, y Zárate. Los cuales conviven con personas mayores de edad y niños que todos los días concurren a la escuela.

 

“La anterior gestión municipal había colocado contenedores y durante la semana recogían los deshechos; el sistema funcionaba bien”, comentó Antonio, un vecino, a Corrientes Hoy. Sin embargo, en los últimos meses de mandato “fueron retirados” y la basura comenzó a juntarse en las esquinas.


“Ahora con Tassano las cosas están peor: los residuos se juntan y los camiones recolectores pasan muy de vez en cuando; por no decir nunca”, remarcó.


La preocupación de los vecinos también se extiende hacia sus mascotas, ya que perros, gatos, caballos y gallinas llegan hasta los residuos en busca de alimento. “Es un foco infeccioso con el que todos entramos en contacto”, declaró Elma, otra vecina.

 

Los habitantes del lugar reconocieron, como aspecto positivo, que alrededor de una vez cada dos semanas se limpian las zanjas para evitar inundaciones. “Son mujeres pertenecientes a los programas sociales Argentina Trabaja y Ellas Hacen”, detallaron los vecinos.

 


Además de los basureros, los habitantes del barrio deben sufrir el mal estado de las calles de tierra. Cuando llueve la zona se convierte en un pantano, y el lodo se combina con la basura transformando el lugar en una fuente potencial de enfermedades. 


 

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