Es más rentable y creíble poner una arenera en medio del desierto, que promocionar un carnaval en Corrientes y, mucho menos, hacerlo fuera de calendario. Con la probeta de noviembre marcando que no es un mes indicado. Al margen de no necesitarse la “promoción” de un carnaval barrial en la Capital Nacional de Momo hace más de 50 años, varias veces perdido y varias veces recuperado; está visto que proponer algo que ya está hecho y tiene el “copyright” municipal desde las épocas del intendente Espínola, no es muy creativo. Es como vender hielo en la Antártida.
Sin embargo cuando le presentan algún proyecto “ambicioso” al gobernador, Horacio Ricardo Colombi no duda en ponerle el mocho a cualquier autorización que suene a una buena idea. Por más que esa idea sea la de imponer o al menos dar a conocer a alguien de la política. Aseguran que el corso barrial, fue para hacer conocer la figura de quien iría nuevamente por la intendencia de la Capital o al menos esa es la intención. Claro que a cambio, según dicen, se gastaron alrededor de $2.000.000 (dos millones de pesos) por cada jornada de corso que se organizó escalonadamente en los barrios San Marcelo y Laguna Seca (avenida Montecarlo), en avenida Laprida del barrio San Gerónimo y en Las Mil Viviendas.
Alrededor o más o menos $6.000.000 (seis millones de pesos), en poco más de veinte días, no está mal. Pese a que queda todavía el ‘gran cierre’ anunciado en el playón del Regatas. Allí seguramente habría que sumarle algunas moneditas más.
Cómo se sabe, en el proyecto de presupuesto para el año que viene la Administración Provincial tiene asentado que se destinarán poco más de $32.000.000 (treinta y dos millones de pesos) para la publicidad del Programa “Vamos para Adelante”. En tanto que las desconfiadas lupas legislativas están puestas sobre otros $1.500.000.000 (mil quinientos millones de pesos) de fondos reservados que podrían ir a la campaña política de Encuentro por Corrientes ECO 2017.
En una provincia necesitada, es tirar manteca al techo.
